EDITORIAL

Sin duda, un factor determinante del desarrollo de los pueblos es la educación, concebida en su sentido más amplio que se manifiesta y produce sus efectos en ámbitos diversos que incluyen el hogar, el colegio, la universidad y también todos los espacios de la vida pública, habida cuenta que el ser humano es sujeto de aprendizaje desde su concepción hasta su muerte, y que la cultura no es otra cosa que la suma y expresión de todos los aprendizajes.

Bajo esa concepción, es evidente que los países de mayor nivel de desarrollo son aquellos en donde los niveles de educación, al igual que los niveles culturales y de civilidad son los más altos. Colombia, en su condición de país en vía de desarrollo, lamentablemente, no se distingue por sus altos niveles de educación, civilidad y cultura, por el contrario, se distingue por sus altos niveles de desigualdad social, de concentración de la riqueza, de violencia, de corrupción, de incivilidad, circunstancia que evidencia que algo viene fallando en la educación desde hace mucho tiempo.

Es por esta razón que la Revista Cúbica en su propósito central de propiciar transformaciones sociales mediante la difusión y discusión en foros abiertos del libre pensamiento de ciudadanos comprometidos con la construcción de país, comparte en esta edición diferentes puntos de vista de actores de la educación como rectores y ex rectores de instituciones educativas públicas y privadas, maestros, estudiantes y expertos, sobre el tema de la educación y las transformaciones sociales, asumiendo que mediante una educación pertinente es posible cambiar una realidad que agobia y genera mucha incertidumbre.

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