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DICCIONARIO DE POLÍTICA COLOMBIANA

DICCIONARIO DE
POLÍTICA COLOMBIANA

Por: DANIEL SAMPER OSPINA


A pesar de que en el exterior advierten nuevamente sobre los riesgos de viajar a Colombia, esta columna ofrece el siguiente glosario de política doméstica para facilitar la vida a los valientes foráneos que aún se animen a visitarnos.

 

ACUERDO DE LA HABANA: En ideología de derecha: pacto para otorgar impunidad a terroristas.

ALMENDRAS: Detalle para intimidar periodistas.

ASESINATO APLAZADO: Futuros asesinatos de cuya responsabilidad hay que culpar desde ya al Gobierno anterior.

BAJAR IMPUESTOS: Subir impuestos.

BONO DE AGUA: Inversión diseñada por el ministro de Hacienda que crece como la espuma del río Bogotá, y, como él, no es transparente.

BUEN MUCHACHO: Que ha cometido o piensa cometer crímenes. Ejemplo: “Nombraré a ese buen muchacho en la Embajada de Chile”.

CABALLITO DISCAPACITADO: Contendor político que tiene “mal de Parkinson”.

CASTROCHAVISTA: Dícese de todo opositor de Uribe.

CERCO DIPLOMÁTICO: Manera de evadir una respuesta.

CHIMBAS: 1. Asunto sin valor, sin peso. Y sin votos. Ejemplo: “Qué preguntas tan chimbas; qué maquinarias tan chimbas”.       2. En dirigente deportivo: coloquialismo para mujeres bonitas.

CIANURO: Agua saborizada con la que se refrescan testigos incómodos.

CLUB SOCIAL: Pastranismo para referirse al lugar al que no pueden salir los pobres los fines de semana.

COHECHO: Soborno a nadie.

CONTRATO: Ayuda a amigo.

COPIA MEJORADA: Ver: buen muchacho. (Y no confundir con títere).

COSCORRÓN: Castigo electoral para golpear a candidatos atarvanes.

ENCAPUCHADO: Estudiante de universidad pública. Ejemplo: “Hay que electrocutar a ese encapuchado”.

ENDEREZAR: En jerga uribista, obedecer.

Ejemplo: “Si Duque no endereza, nos va mal a todos”.

ESTO ES UNA COIMA, MARICA: Guardemos silencio.

ETERNO: adjetivo para describir caudillos de derecha o izquierda. Ejemplo: “Chávez es el comandante eterno”; “Uribe es el presidente eterno”.

FACHO: Que es uribista.

FAJAS: Cinta de hule para disimular la protuberancia abdominal, generalmente utilizada por los ministros de defensa. Forcejear: asesinar y mutilar a un desmovilizado.

FAJOS: Arrume de billetes que se guardan en bolsas plásticas ante la cámara oculta de los mejores amigos.

FALSOS POSITIVOS: Asesinato de inocentes que no impiden ascensos militares.

FARIANO: Que no es uribista.

FIRMAR EN MÁRMOL: Hacer lo contrario a lo que se promete.

GLIFOSATO: Veneno apto para asperjar sobre campesinos y longanizas, pero no sobre los ministros que promueven su uso.

GUERRILLERO EN ARMAS: Campesino que no estaría recogiendo café, cuya existencia resulta fundamental para justificar el discurso guerrerista.

GUSTICO: Acto sexual.

IMPOLUTO: Que tiene cuentas pendientes con la justicia.

IR A VER BALLENAS: Dícese de la acción de tomar vacaciones en momentos políticos cumbres.

JIJIJI: Interjección que denota desprecio por los hallazgos de los controllers de obras.

LÍDER SOCIAL: Sujeto enamoradizo, de las regiones olvidadas del país, al que suelen asesinar por líos de faldas.

MAMERTO/GUERRILLERO: Que no es uribista.

MASACRE CON SENTIDO SOCIAL: Crímenes de Estado.

ME ACABO DE ENTERAR: Nos descubrieron.

MEDIDA TRANSITORIA: Medida permanente. Ejemplo: “El 4 por mil será una medida transitoria”.

MERMELADA: Jalea para premiar apoyos con notarías, consulados y demás prebendas.

METRO: Render.

MIS ESPALDAS: Lugar del cuerpo donde suceden los hechos de los que uno no se quiere enterar.

NI TRIZAS NI RISAS: Acción soterrada para acabar con el proceso de paz.

NO HARD FEELINGS (ANGLICISMO):       En el argot de galerista de arte, detectar al embaucador, pero no cobrarle el engaño. Ejemplo: “Me cobras el doble por un cuadro de tu papi, pero no ‘hard feelings’”.

PACTO DE RALITO: En ideología de izquierda: pacto para otorgar impunidad a terroristas.

PARACO: Que es uribista.

PARO AGRARIO QUE NO EXISTE: Frase para designar la más grande manifestación campesina de los últimos tiempos.

PERFUMAR UN BOLLO: Acción de dejar de invertir en el Chocó.

PERIODISTA ENMERMELADO: En jerga uribista: dícese de todo periodista crítico de Álvaro Uribe.

POTRERO ORDINARIO: Reserva forestal.

PROTESTA SOCIAL: En jerga uribista: manifestación infiltrada por la guerrilla.

RUFIÁN DE BARRIO: Santismo para referirse a Álvaro Uribe.

SICARIO: Que está en la oposición.

SICARIO MORAL: Persona que comete atentados verbales cargados de calumnias, como llamar violador de niños o guerrilleros a los periodistas.

SILLA VACÍA: Dícese del cerebro de Andrés Pastrana.

TIBIO: Que no es ni mamerto ni paraco ni nada.

TÍTERE: Ser uno el que diga el Caudillo.

TRAIDOR, DESLEAL, FARCSANTOS: Alvarismo para referirse a Juan Manuel Santos.

TRANSMILENIO: Metro con llantas cuya mayor ventaja es que, en caso de falla mecánica, puede ser empujado por los usuarios.

VAGOS: Víctimas de la violencia a las que mandan a estudiar.

WALKING DICK: (anglicismo). Expresión que denota la invasión de unos zombis humanos que se tomarán la administración pública.

ZZZ: interjección utilizada por el congresista colombiano en horas laborales.


PROBLEMAS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

PROBLEMAS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Por: Armando Martínez Garnica


“Un hombre: un voto”. Esta es la ecuación más simple del régimen democrático, en sus formas republicanas o monárquicas constitucionales, y de la participación ciudadana. Pero una cosa es el principio abstracto y otra distinta es la realidad de la cultura política, sometida tanto al régimen electoral como a las instituciones de representación definidas por la carta fundamental de una nación.

En el mundo hispanoamericano, el punto de partida histórico es la invención del ciudadano, es decir, de la célula básica de la nación moderna. Esto acaeció en las Cortes de Cádiz durante los años 1810-1812: la nación española sería “la reunión de todos los ciudadanos españoles de ambos hemisferios” y en ella residiría, esencialmente, el derecho soberano de establecer sus leyes fundamentales. Por cada 70.000 almas de población habría un diputado elegido ante las Cortes Generales de la nación española. Pero esta representación tendría un régimen indirecto: los ciudadanos de las parroquias elegirían sólo las juntas de los electores parroquiales, uno por cada 200 vecinos, y serían estos quienes elegirían los electores de partido que concurrirían a las capitales de las provincias para elegir los diputados de las Cortes.

Con esa inspiración, la nación colombiana fue erigida en 1821 por el Congreso de la Villa del Rosario, como la reunión de todos los colombianos libres nacidos en el territorio de Colombia, y en ella también residió esencialmente la soberanía. Pero también el pueblo solo podría ejercer la soberanía en las elecciones de las asambleas primarias de las parroquias, donde se elegirían los electores cantonales que concurrirían a las asambleas electorales de las provincias. Los atributos del ciudadano elector eran la naturaleza, la masculinidad, mayoría de edad (21 años), la propiedad raíz o de algún oficio o actividad comercial, y la instrucción (saber leer y escribir). La ecuación “un hombre: un voto” era literal: pasarían 136 años antes de que se hiciera efectiva la fórmula “una mujer: un voto”. La eliminación de los atributos de la propiedad y de la instrucción tardaría también más de un siglo.

La Asamblea Nacional Constituyente de 1991 trajo al mundo político nuevos conceptos, pero “casi” los mismos principios: la soberanía residiría exclusivamente en “el pueblo”, que elegiría directamente sus representantes ante las dos cámaras legislativas, y también al presidente. Pero ese “casi” hace referencia a la introducción de un principio perturbador de la ecuación abstracta “un hombre o una mujer: un voto”. Se trata del artículo séptimo de la carta fundamental, que reza: “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana”. La subversión del principio de la igualdad ciudadana del elector por este nuevo principio étnico y cultural no ha parado desde 1991 en Colombia, expresado en la ampliación de la discriminación positiva en favor de grupos sociales cazadores de rentas públicas y tierras privadas.

La emergencia y el incremento desmesurado de ciudadanos indígenas, ciudadanos afrodescendientes, ciudadanos LGTB, ciudadanos exguerrilleros, ciudadanos ROM han pervertido la aspiración a la igualdad de los ciudadanos. Del ciudadano sin atributos, que había sido el gran logro de varias reformas constitucionales, al despojarlo de la mayoría de ellos, dejando solo la naturaleza y la edad mínima de 18 años, hemos transitado al ciudadano lleno de atributos culturales que reclama discriminaciones positivas sin límites temporales, en favor de intereses particulares. Sin darnos cuenta, llegamos a un estado de múltiples jurisdicciones particulares, preeminencias y privilegios de muchos grupos sociales. Dos ejemplos recientes: un ciudadano llamado Miguel Polo Polo aspiró a una beca universitaria especial declarándose “indígena” de la comunidad Isla Gallinazos, y tres años después a una curul parlamentaria especial declarándose “afrodescendiente”. En las elecciones presidenciales del año 2022, aparecieron en la tarjeta electoral cuatro “afrodescendientes” como aspirantes a la vicepresidencia, de un total de ocho, porque los asesores de campaña juzgaron que los candidatos a la presidencia requerían de los votos de los “afrodescendientes”.

La carta de 1991 abrió un camino lleno de abrojos al régimen representativo colombiano: el ciudadano con atributos culturales y étnicos, suspendiendo el antiguo camino de la construcción del ciudadano abstracto y casi sin atributos cívicos. La perversión del régimen de la discriminación positiva intemporal que las sentencias de las cortes de justicia han estado construyendo, en desarrollo de los nuevos principios de la constitución de 1991, es uno de los graves males que hoy sufre una democracia basada en la igualdad ciudadana. Hoy se ha vuelto normal que las instituciones públicas pregunten a los ciudadanos colombianos, en sus trámites de identificación para la prestación de servicios públicos, por su etnia, su territorio ancestral, su cultura particular. En la última elección de congresistas de 2022, el jurado preguntaba al sufragante: ¿Territorial o étnico? Es decir, ¿usted vota como ciudadano de un territorio de la nación o como un ciudadano étnico de un territorio que no es de la nación?

Además de estas perversiones del régimen representativo actual, la nación colombiana, que desde 1991 se denomina “pueblo”, sigue arrastrando las antiguas perversiones de la cultura política, todas fundadas en la violación del principio abstracto “un hombre o una mujer: un voto”. Transcurridos 200 años de la creación de la República de Colombia en la Villa del Rosario, todavía hay personas que se atreven a decir lo siguiente: ¿Cuánto me paga por mi voto? Yo tengo en mi poder 50 votantes: ¿cuánto me da por ellos? ¿Pero acaso no es el mismo Estado quien paga con medio día de vacaciones, o con descuentos en matrículas universitarias, a quienes acuden a las urnas? ¿No tenemos regiones del país donde es práctica consuetudinaria pagar a los votantes por su voto, o moverlos en buses a otras circunscripciones?

Las autoridades educativas y los sindicatos de maestros repiten hasta el cansancio una palabrería hueca sobre la cultura ciudadana. ¿Acaso han logrado establecer una cultura del voto secreto, autónomo, gratuito e informado? Hace 200 años los constituyentes introdujeron el atributo de la lectura y la escritura para asegurarse que el sufragante fuese consciente de su deber ciudadano y de su autonomía política. Hoy casi no hay analfabetismo adulto en el país, y ¿entonces? Veamos las cifras del año 2022: el potencial electoral está hoy en 38.819.901 sufragantes, de los cuales, 20.031.855 son ciudadanas y 18.788.046 son ciudadanos. La votación para el Congreso del pasado mes fue solo de 18.034.781, lo cual significa que el 53,55% de los sufragantes colombianos no quisieron votar.

 El problema de la representación ciudadana es Colombia no tiene nada que ver con el derecho a votar, y menos bajo un régimen constitucional garantista. Tampoco con alguna discriminación de género, pues las ciudadanas mujeres disponen de 1.243.809 potenciales sufragios más que los ciudadanos hombres. El gran problema es una abstención electoral de más de la mitad de los posibles sufragantes. Si lo unimos a los antiguos vicios que arrastra la cultura política en los últimos 200 años, y ahora con la perversión étnica y cultural de la ciudadanía, me temo que aún no hemos andado mucho por el camino de la formación de la ciudadanía que corresponde a una nación moderna.


DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN – DÉCIMAS

DEMOCRACIA Y PARTICIPACIÓN -DÉCIMAS

Por: Gerardo Martínez Martínez


¡Que viva la democracia!

Viva “el pueblo que gobierna”

conforme a sentencia eterna,

que alguien esculpió con gracia.

Mas, políticos de audacia

que dicen ser superpueblo,

para ordenar el repueblo

se tomaron el poder,

con el fin de establecer

la democracia sin pueblo.

Claro, muy original,

muy astuta la salida,

jugáronse así la vida

con su demencia letal.

Fórmula sacramental

para engañar multitudes

exaltando las virtudes

de decisión delegada,

casi siempre estimulada

con coimas, puestos, saludes.

El decide, ellos apoyan

las salidas amañadas,

con masato y empanadas,

que alimentan la tramoya.

La multitud en la olla

se torna dócil, sumisa,

reverente como en misa

los desafueros consiente,

mientras el tal dirigente

su pedestal entroniza.

La tal participación

que proyectos legitima,

solo nos produce grima

y aúpa la corrupción.

Comunidad en sesión

decide en un dos por tres,

sin mirar cara ni envés,

tan solo oportunidad:

pobres por necesidad

y ricos por interés.

Resuelve la montonera.

Apoya la cofradía

de secuaces que día a día,

propician la ladronera.

Así gobierna un cualquiera.

Su misión: manipular.

Su propuesta, disfrazar

el saqueo de las finanzas:

son los gobiernos de andanzas,

cuya consigna es robar.

Es necesario por ello

que el pueblo sí participe

sin que le den un penique

y el agua no tenga al cuello.

El ideal es muy bello

en medio de la pobreza,

sin que exista la flaqueza

de vender la decisión.

En mares de corrupción,

la dignidad es grandeza


EDITORIAL

EDITORIAL

VOTAR POR QUIEN TOCA,
VOTAR P0R CUALQUIERA,
VOTAR POR QUIEN QUIERO.


Esta época electoral es propicia para examinar la cultura política de los colombianos y fácil es concluir que se trata de una asignatura pendiente, dentro de muchas otras, en la formación del ciudadano.

En tiempos más primitivos aún se votaba por los colores de las banderas rojas o azules, previo aprendizaje de odio contra el contrario, trasmitido de generación en generación, sin ninguna fundamentación ideológica.

La política era un acto de violencia contra el opositor; la muerte, el despojo, el desplazamiento y el desprecio por el otro, hacían parte del armamento logístico de las organizaciones políticas. El Estado y el gobierno eran botín de guerra contra quienes no eran sus partidarios, la Iglesia Católica tomaba parte en la contienda y el púlpito y el confesionario fueron sus armas poderosas para infundir el temor divino y obligar a sus fieles a votar por quien éllos querían; llegaron a afirmar que votar por el contrario era pecado.

Mientras el pueblo se mataba por unos colores políticos, los gamonales y líderes se favorecían, la esencia del conflicto político sólo traía beneficios de enriquecimiento para los poderosos, quienes se quedaban con las tierras de los campesinos perseguidos y desalojados.

Electoralmente era un votar inconsciente por quien toca, no había ninguna capacidad de reflexión sobre las virtudes de un candidato ni sobre un programa de un partido, los rojos votaban rojo y los azules, azul.

El votar por quien toca ha continuado teniendo expresiones aún más siniestras con el auge del paramilitarismo y el narcotráfico, que se caracterizan por la dominación territorial violenta, contando con la anuencia criminal de las Fuerzas Armadas y del Estado. En torno a estos grupos han medrado politiqueros que se han aliado en forma criminal con estas fuerzas oscuras, para obligar a las gentes del común a votar por éllos en la más dramática expresión de votar por quien toca.

Algunos empresarios en abuso de su capacidad económica y laboral, se sienten con el derecho de obligar a sus empleados y dependientes a votar por quien éllos ordenen que se vote, so pena de perder el empleo, además, estas prácticas siguen utilizándose desde las más altas esferas del Estado hasta el más humilde de los municipios, porque su control burocrático sigue siendo entendido como un botín político.

Pero también existe un amplio grupo de ciudadanos que si bien no son objeto de obligada presión para votar, puesto que no tiene quién los obligue, pero quienes dada su ausencia de formación ciudadana, su marginalidad, pobreza, ignorancia, además del desapego absoluto por las gestas democráticas, de las cuales tampoco entienden absolutamente nada, en las elecciones saben que su voto vale un buen almuerzo y unos pocos pesos pagados por votar por cualquiera.

Esta práctica constituye una de las formas más deterioradas de la democracia, detrás de ella se encuentran los caciques políticos dueños de las empresas electorales, quienes sin una idea política, sin un programa de gobierno, sin una propuesta de bienestar, sin formación profesional y sin experiencia alguna, compran los votos de los ciudadanos ignorantes.

En estos casos los procesos electorales son una operación económica en donde se invierten altísimas sumas de dinero, financiado por inversionistas de dudosa procedencia, cuyos dineros serán reembolsados con el botín de la administración pública. El dinero prestado lo utiliza el aspirante al cargo público, para repartirlo entre los caciques que tienen organizados a los votantes, que han de votar por cualquiera a cambio de las miserables dádivas obtenidas por su voto.

Para los así elegidos, la Administración pública es un botín y cada nombramiento que se hace bajo su influencia, tiene un precio o cuota que se paga rigurosamente por el beneficiado, sea éste, personero, tesorero, notario etc.

Las elecciones libres y democráticas requieren que el ciudadano vote por quien quiera; éste ya es un logro esencial de la democracia. Pero en Colombia el número de votantes en libertad aún es reducido, además porque si bien el votar en ejercicio de su propia autonomía, es importante, debe decirse que el verdadero voto libre, debe ser además consciente, esto sólo se logra cuando el ciudadano ha obtenido la información requerida sobre la vida y propuesta de los candidatos, se ha formado su propio criterio sobre la conveniencia para el país, la región o el municipio de la elección de un determinado candidato que considera el mejor. Lo hace entonces sin consideraciones distintas al bienestar general.

En Colombia debemos formar cultura política para que el ciudadano sepa que el voto es un ejercicio de su autonomía, que debe utilizar responsablemente.

 


OMAR PRIETO, EL ARTISTA INVITADO

OMAR PRIETO



Realidad y Fantasía Colorida

Artista Invitado


Nace en Bucaramanga, Santander, Colombia. Con estudios en Arquitectura y Publicidad, es un artista autodidacta, desde muy joven demostró una fuerte inclinación y disposición natural por la pintura, y en especial por su estilo muy personal de trabajar el óleo y el acrílico sobre tela.

Su obra pictórica presenta la realidad y la fantasía colorida vista a través de sus ojos y transmitida en forma de pintura.

El uso adecuado que hace del color, nos lleva a una obra llena de vigor expresivo, casi poética. Sus recursivas formas para mostrarnos una naturaleza añorada, corresponden a su sensibilidad y a su intuición.

Sus dotes extraordinarias en el manejo de las formas, de los colores y los variados temas, hacen que fácilmente su obra se pasee entre lo abstracto, el expresionismo y lo figurativo.

Mención especial merece su definición en el dibujo y el trato que da a los colores, con un oficio fuera de lo común, el artista saca ricas gamas y los coloca en profunda armonía a través de una pincelada limpia, a veces, sometida a la línea y en ocasiones muy libre y expresiva, logrando especialmente el efecto plástico que atrae la atención del espectador sobre su obra.

Por: SONIA FABIOLA PRIETO
Investigadora Cultura

 

OMAR PRIETO
Paleta Multicolor

Paleta multicolor sobre áreas rígidas como lo son un lienzo. Las constantes luchas del artista plástico, apropiarse de las superficies vacías, blancas, nubosas para convertirlas en eso, diálogos entre el creador y el observador. En la generalidad de su obra, a pesar de la rigidez de la línea producto creo yo, de sus quehaceres – la arquitectura y la publicidad – Omar Prieto logra desprenderse de esa linealidad, logra esquivar el negro de los linderos, con una gama de tonalidades que transporta de un espacio a otro la mirada, en la búsqueda incesante de atmósferas que apaciguan y tranquilizan el ojo humano.

La obra de Omar Prieto alcanza en todo su proceso el culmen de casi todo artista y es perderle miedo y perderse en el juego del color, sin prisa, a la velocidad de los minutos, en la totalidad de las horas, 24 para completar el día, así sea, cobijado con la luz natural o artificial, gracias a la fundamentación, su academicidad, la osadía y la temeridad de su puesta en escena.

La relación entre las formas, espacios, tiempos, pigmentos, pinceles, notas, pensamientos, ideas, diálogos, composición y muchas más que no logro acordarme, son el combustible que usa un artista para producir.

Omar Prieto tiene otras más, creatividad, paciencia, tolerancia con el silencio a la hora de empren-der el viaje para colorear, para componer, es quizás un trastorno de la personalidad de cada cual, que se descubre cuando se tiene contacto con la estética; un acto del color que produce lágrimas, risas, un acto del color que produce tristeza y melancolía, al final alegría. Eso es lo que produce a diario el arte y Omar Prieto sí que sabe de eso.

NESTOR RUEDA CASTELLANOS
Artista Plástico


EL SISTEMA EDUCATIVO COLOMBIANO Y LOS TALENTOS Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES

EL SISTEMA EDUCATIVO COLOMBIANO

Y LOS TALENTOS Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES

Por: Sebastián Pabón

Estudiante egresado del colegio oficial Mario Morales Delgado de la Ciudadela Nuevo Girón del municipio de Girón, Santander,
destacado por formar parte de los 50 mejores Icfes del país y merecedor del derecho a escoger
universidad para adelantar sus estudios superiores.


Culminar los estudios de educación básica y media en instituciones educativas públicas, en donde los alumnos provienen de diferentes orígenes sociales (mayoritariamente clases bajas) y que, por consecuencia de muchos problemas sociales del país durante sus años de desarrollo, los padres de los alumnos que acceden a estas instituciones, no tuvieron acceso al sistema educativo o no hubo la posibilidad de culminarlo. Por ese motivo, se obtiene como resultado que sus hijos desarrollen un capital cultural el cual para el sistema educativo no es apto, por ende, lo modifica.

 

Las instituciones educativas públicas, se caracterizan por incorporar el contenido como legítimo, plantea un curriculum sobre la base de lo que se considera apropiado de ser enseñado. Si se observa, realmente el sistema educativo está ejerciendo una violencia simbólica, ya que generaliza al estudiantado creyendo que todos poseen las mismas capacidades, habilidades y gustos.

 

Teniendo en cuenta las ocho inteligencias múltiples propuestas por Howard Gardner, todas las personas poseen diferentes virtudes, conocidas como talentos, lo que el sistema educativo colombiano no tiene en cuenta, porque simplemente se ha enfocado en transmitir lo que ha planteado en el curriculum establecido.  Sin lugar a dudas, cada persona posee capacidades distintas, sin embargo, el sistema educativo las destruye inculcando “lo que debe aprender”. Aquí es donde ejerce la violencia simbólica, haciéndole creer al estudiante que no es competente o que no posee las habilidades para realiza su transformación.

 

Por ejemplo, tal es el caso de las personas que poseen la inteligencia musical, las cuales no pueden potenciar esa virtud, porque el sistema educativo no lo considera como una inteligencia e igualmente la sociedad ha replicado comentarios tipo: “estudie una ingeniería para que sea alguien en la vida”; la violencia simbólica es evidente.

 

El sistema educativo no se enfoca en incentivar el desarrollo de los talentos de los estudiantes, tampoco enseña cosas que serían útiles aprender en el colegio y que sirven para la vida en general, tales como: cómo cuidar el cuerpo, nutrición; finanzas básicas personales, contabilidad; emociones y sentimientos, inteligencia emocional; descubrir nuestros talentos e intereses, autoconocimiento; estrategias de lectura, habilidades lectoras.

 

Sintetizando, si el sistema educativo se enfocara realmente en el descubrimiento y desarrollo de los talentos, formaría seres pensantes, críticos, que pueden crear su propia transformación, sin ser víctimas de la violencia simbólica ejercida por el sistema educativo y la sociedad.

 


SOBRE EL PARTICULAR DE LA EDUCACIÓN

SOBRE EL PARTICULAR DE LA EDUCACIÓN

Consejos Superiores Estudiantiles

Por: Linda Astrid Barragán Maldonado

Estudiante de derecho y representante estudiantil ante la junta directiva

de la Universidad Autónoma de Bucaramanga


“Es porque soy tan testaruda,

que todavía insisto en cambiar el mundo”

Mercedes Sosa

Es mi primera vez que escribo un artículo y siento que hay multiplicidad de ideas y cosas por decir, que me dificultan sobre manera poder redactar algo conciso; sin embargo, aquí estoy tratando de expresar en este corto espacio algo que tenga coherencia y relevancia.

Mi nombre es Linda, nací en el departamento de Casanare. Soy estudiante de derecho de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, y quiero contarles, antes de todo, un poco de mi historia. Mi familia, no es acomodada, mis padres me tuvieron muy jóvenes y debieron arreglárselas para sacar adelante tres hijas, nos dieron educación, un techo y comida, nada me hizo falta. Cuando estaba en secundaria, soñaba con estudiar en la universidad y tanto mi papá como mi mamá me motivaron a mantener ese sueño; mi papá se graduó en administración de empresas agropecuarias de la Universidad Santo Tomás, y mi mamá, como tecnóloga en reproducción bovina del SENA, además de cursar otros estudios en seguridad en el trabajo y reproducción bovina. Es decir, estos amantes del estudio nunca me permitieron pensar que no iría a la universidad.

Pero la realidad era que no estábamos en un momento en donde pudiésemos adquirir deudas para pagarme el estudio. Por eso, me esforcé mucho en estudiar y en prepararme con el único objetivo de ganarme una beca o pasar a una universidad pública. De esa forma accedí al programa Ser Pilo Paga 4, y debo decir que estoy muy contenta de haber tenido la oportunidad de estudiar una carrera profesional.

Ahora, sobre el particular, que los tiene a ustedes como lectores, fijando su vista en ésta y otras páginas de la revista, quiero contarles y manifestarles lo siguiente: durante toda mi vida fui líder estudiantil, representante, conciliadora, candidata a personería estudiantil y hoy, representante estudiantil ante la junta directiva de la Universidad Autónoma de Bucaramanga.  A pesar de que en Colombia, desde años atrás, venimos atravesando una crisis de las instituciones, en especial las políticas, siempre he pensado que puede hacerse bastante desde allí y que, en vez de renunciar a ellas, debemos rescatarlas. Por esa razón, llena de miedo, por lo que conlleva hacer una campaña y hacerte conocida públicamente, decidí lanzarme a este mundo de la representación universitaria, de los consejos superiores estudiantiles, y valga la pena reconocer, ésta ha sido una de las mejores decisiones y experiencias de mi vida.

El liderazgo en Colombia, el trabajo por las comunidades, la educación, el cambio climático, la equidad de género, la transparencia electoral, y demás, es hoy un tema de terror para muchas familias, creo que, no sólo a mí sino a muchos jóvenes, sus allegados les han manifestado el miedo que les provoca que hablen en público y expresen sus ideas. Y, sin embargo, aquí estamos, buscando oportunidades, formulando proyectos y dando la lucha por construir espacios seguros, en mi caso desde la Universidad.

Este año, tuve la oportunidad de conocer diversas organizaciones estudiantiles, a líderes, representantes y estudiantes que hacen la diferencia en el país. A su vez, también me he encontrado con profesores y administrativos dispuestos a apoyar ideas y compartir metas de la mano con la comunidad estudiantil. Antes de toda esta experiencia, tenía miedo de hablar y expresar mis reflexiones; considero que era presa del pánico colectivo que todos hemos vivido como sociedad debido a la historia y al presente oscuro que tenemos en común, pero al hacerlo se me llenó el corazón de esperanza y me contagié de valentía, y hoy soy fiel defensora del hecho de que nosotros los jóvenes si podemos construir sociedad, tan sólo nos hace falta voluntad, empatía y solidaridad.

Este año en la Autónoma de nuestra Ciudad Bonita, el Consejo Superior Estudiantil ha  impulsado varios proyectos, entre los más interesantes y destacables: el Primer Congreso Universitario de la Mujer Autónoma, Padrinos y Madrinas UNAB para todas las facultades, Aulas Abiertas, Modelo de Naciones Unidas, MUNUNAB, Stand Sabores y Saberes de los Emprendedores Autónomos en Ulibro, Comisión de Asuntos en Salud Mental, y demás, a su vez, apoyamos la gestión y construcción del proyecto SENTIR UNAB, una iniciativa que busca generar una lucha social activa desde la academia.

Todos los representantes de esta gestión 2020-2021 se han esforzado por hacer un buen trabajo y aportar a la construcción de una universidad justa, equitativa y segura. A todos ellos, les debo un agradecimiento por sus enseñanzas. Aun así, no todo es perfecto y es menester manifestar que este año también ha sido bastante fuerte.

 

El Consejo Superior Estudiantil, el cual yo presido en calidad de representante ante la junta directiva, tuvo que paliar los efectos colectivos del paro de este año 2021, boicoteado por muchos estudiantes y por otros, apoyado. ¿Cuál es la razón de mencionar esta experiencia? Creo que todos debemos diferenciar los espacios y las instituciones que son apolíticas, es decir, las instituciones no son del gobierno sino de nosotros los estudiantes y, además, reflexionar en torno a que las asociaciones estudiantiles y los consejos superiores estudiantiles no deben obedecer a partidos políticos, ni deben confundirse con organizaciones de poder, yerro en que comúnmente caen la mayoría de sus integrantes. Los órganos de representación estudiantil no son de poder, son de academia.

A su vez, creo que todos los efectos negativos de la dicotomía, si no estás conmigo estás contra mí, consecuencia de la lógica del discurso uribista (eres gente de bien, o eres fariano) implantado en la psiquis colombiana desde el inicio de siglo, se nutre de la desconfianza hacia las instituciones que parecen querer trasladarla de forma transversal a todo lo que pueda categorizar como institución, olvidando que no todas son políticas o de gobierno sino educativas.  Y de los populismos, (porque sí, el uribismo es populismo).

The dreamers, es una película inspirada en mayo del 68 que explica muy bien los peligros del populismo, en la siguiente frase de uno de sus protagonistas: “es sencillo decir libros más no armas, pero no es cierto, no son libros es un libro, un solo libro”. Haciendo énfasis en los jóvenes de la época que propugnaban consignas a favor del comunismo chino de Mao Zedong. El populismo y el extremismo aniquilan la pluralidad.

El concepto de universidad atiende a la pluralidad, universalidad de personalidades, ciencias, estudios, opiniones e iniciativas. Parece cliché, pero no lo es, lo que más nos ha costado a nosotros como país es entender esta simplicidad de máxima que debe ser transversal a todo. Verbigracia, como conciliadores, los abogados deben escuchar a las partes en conflicto, entender sus necesidades, escuchar sus propuestas o fórmulas de arreglo, y si éstas no llegan a ningún acuerdo, proponer uno que lleve a feliz término el conflicto, que esté centrado en lo fundamental y que les interese.

En Colombia, no sabemos conciliar o dialogar, nos casamos con una sola posición y no atendemos a ver críticamente la generalidad de un problema. Esto nos ha llevado a que nos volvamos victimarios en nuestras propias casas, con compañeros, amigos y hasta con la misma pareja, cuando unos y otros no expresan u opinan lo mismo que nosotros.

En alguna oportunidad un profesor que conocí me decía que, si yo estaba al otro lado del charco, por qué debía preocuparme por los demás; para mí esa opinión sacudió todo mi ser. Por el contrario, hoy considero y, lo seguiré teniendo presente en el mañana con seguridad, que la oportunidad que la vida me dio es necesario retribuirla trabajando en favor de la sociedad en la que vivo. Por lo tanto, nosotros los representantes, los estudiantes, los universitarios estamos llamados a impulsar proyectos, estrategias, iniciativas que contribuyan a forjar un país mejor, pero lo más importante, nuestra misión es dar ejemplo, por eso debemos escuchar y actuar como los conciliadores, atendiendo al consenso y a la búsqueda de las garantías que aseguren la satisfacción de las necesidades fundamentales de todos.

La educación es la oportunidad más importante que tiene un ser humano para crecer y aportar en sociedad, incluyendo todos los niveles educativos existentes y la libertad de oficio. En nuestro país, poder estudiar es una suerte y por lo tanto todos aquellos que hemos ganado este azar tenemos una misión muy importante, que los conocimientos que obtengamos sean un motor más para nuestro país.

Todas las luchas son válidas e importantes, no dejemos a la academia atrás e impulsémosla a ser parte de la lucha activa, recuperemos estos órganos de representación educativos. Nosotros somos los canales para lograrlo.

Dedico este primer artículo, a mi bisabuelo José Guadalupe Salcedo, Líder de la guerrilla liberal de los años 50, su ejemplo de lucha, trabajo con comunidades, paz y diálogo me inspira a no perder la esperanza de vivir en un país mejor.


EDUCACION. EL GRAN RETO

EDUCACION. EL GRAN RETO

Por: Franz Mutis Caballero


La reproducción de las maneras de perpetuar los usos y costumbres de un núcleo humano, para  aprovechar las herramientas, primitivas en el umbral de la civilización, transformadas paulatinamente con el descubrimiento de las leyes de la naturaleza y su utilización en el desarrollo de tecnologías, cada una novedosa en su tiempo y con la diversidad de actividades que el crecimiento poblacional conlleva, obliga a que se adiestren los que se  dedican a una especialidad, con el  conocimiento de los procesos que le permitan producir los bienes y servicios que demanda su comunidad.

Bienes y servicios para la supervivencia, para el confort, para la guerra, para la expansión, para alimentar las creencias, para la diversión. Se aprende porque se imita o porque se recibe instrucción. Se aprende cómo elaborar los bienes y también se aprende cómo usarlos; es la génesis de la educación, que se instituye en múltiples modalidades según el grado de desarrollo de cada sociedad, siempre precedida por un conocimiento.  El conocimiento genera el poder del intelecto que se asocia fácilmente con el poder del dominio territorial.

 Nos compete mirar a los sumerios, caldeos, persas, egipcios, fenicios, griegos y romanos de la antigüedad, como las civilizaciones antecesoras del desarrollo de occidente y encontramos allí una diversidad de escuelas, particularmente de orden filosófico, con connotaciones religiosas en la mayoría de las civilizaciones; son faros del conocimiento y del dominio, con características propias en cada caso, pero siempre rondando a las élites. Estos clanes minoritarios que detectan el poder, avanzan en la comprensión del cosmos, encuentran el constructo matemático, penetran en el entendimiento de las leyes naturales, cultivan la música y se interesan por conocer lenguas adicionales a la materna.

El resto, la gran mayoría, o se preparan para la guerra o cargan con la elaboración de bienes para los cuales son entrenados en sus propias familias que se casan con una especialidad; léase constructores, herreros, pastores, carpinteros, etc.

Durante los diez siglos del transcurso de la antigüedad a la modernidad, en lo que se conoce como edad media, que cierra con el renacimiento y la explosión de la Ilustración, en occidente aparece un gran protagonista, la religión católica, que se convierte en el gran sustento de los regímenes absolutistas que señorean en Europa, consolidan los sistemas feudales y extienden sus dominios a América. Instalado el poder absoluto en un monarca, a su vez respaldado por la institución pontificia del catolicismo, que representa al dios verdadero en la tierra, la sociedad se estratifica en la alta nobleza, el clero y los siervos. Surgen los monasterios donde se ubican las escuelas, convirtiendo al clero en un estamento ilustrado que generalmente tiene el encargo de educar a la alta nobleza y de donde surgen algunos colegios y primeras universidades abiertas a una población de elite minoritaria, pero como se ha señalado, la dominante.

Con el primer viaje de Cristóbal Colón a este “nuevo continente”, en 1492, se inicia un proceso de expansión de la Corona Española que reproduce su cultura, con normas y estratificaciones y que, en términos generales, en los trescientos años de dominación en América, genera un nuevo y curioso perfil humano que a pesar del mestizaje del español con el indígena y con el africano traído y esclavizado por los mercantes europeos, se mueve con los parámetros de España. Si bien, en el territorio de la Nueva Granada se funda en 1580 La Universidad Santo Tomás de Aquino, en 1621 el Colegio seminario San Bartolomé y en 1653 el Colegio Mayor del Rosario, estos centros asentados en las órdenes religiosas de los dominicos, jesuitas y la última abierta con el patronato del arzobispado de Santa Fe, dedican su labor a formar al clero y a la élite virreinal. Cuando se inician los movimientos de generación de autonomías locales en 1810, conocidos como la eclosión juntera[1], la gran mayoría de sus habitantes eran analfabetos y los pocos ilustrados se encuentran en el Clero y en algunos Criollos.

Los propósitos de la búsqueda de la libertad y de la soberanía, perseguidos en la gesta independista, cuya inflexión del dominio  territorial  se logra en el campo de batalla en Boyacá el 7 de agosto de 1819, se expresan en Derecho en Diez Títulos y 191 artículos, en la primera Constitución de Colombia, acordada el 30 de agosto de 1821, en La Villa del Rosario de Cúcuta, que define totalmente  el nuevo Estado, los atributos de sus integrantes, su territorio, la división de los poderes y las normas que rigen la administración, las elecciones y la organización de la República, específicamente  en cada uno de los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial.

Los sublimes propósitos de soberanía e independencia quedaron plasmados en los dos primeros artículos que transcribo: “Artículo 1.- La nación colombiana es para siempre e irrevocablemente libre e independiente de la monarquía española y de cualquier otra potencia o dominación extranjera; y no es, ni será nunca patrimonio de ninguna familia ni persona.  Artículo 2.- La soberanía reside esencialmente en la nación. Los magistrados y oficiales del Gobierno, investidos de cualquiera especie de autoridad, son sus agentes o comisarios, y responden a ella de su conducta pública.

 

La trascendencia del nacimiento de la nueva República sobrepasa el objeto de la independencia y de la soberanía, de por sí muy importantes; es una mutación ideológica profunda al reemplazar la soberanía del monarca, amparado por una iglesia, por la soberanía de la nación. Son efectos de La Ilustración, como de ella son consecuencia   la independencia de Norte Americana y la Revolución Francesa; es la nueva ruta de la democracia. La nueva República la integrarán ciudadanos, con capacidad de elegir sus representantes. Dejarán de ser siervos y se establecen las bases para la generación de leyes que los harán iguales ante la ley.

La condición de saber leer y escribir, para el sufragante parroquial, sólo tendrá lugar hasta el año de 1840, según se establece en el numeral tercero del artículo 15. Esta excepción temporal era necesaria para poder votar, porque la gran mayoría era analfabeta. Pero también, tácitamente nos dice que 19 años después de vida republicana no debería haber analfabetas, es decir, la nación con su nueva estructura estatal debe procurar educación universal.

Desde entonces, los gobiernos en cada uno de sus periodos de ejercicio han intentado establecer escuelas, colegios y universidades. Sobresaliente el programa del gobierno del general Santander en la construcción y establecimiento de colegios en los centros más destacados del país también; sobresaliente la interacción con modelos de educación revisados durante el gobierno de los Estados Soberanos, como expresión del liberalismo, que trajeron de Europa a diversas partes del país instituciones que aún subsisten o dejaron una gran huella, como el caso del Dámaso Zapata en Santander. También sobresalieron las diferentes instituciones que tomaron algunas colectividades religiosas dedicadas a la educación, como los Hermanos Cristianos y los Jesuitas, pero más sobresaliente aún la gestión de colegios públicos y universidades de calidad, donde los hay.

En la actualidad, los desarrollos educativos deben circunscribirse al artículo 67 de nuestra Carta vigente, la Constitución Política de 1991, que a continuación copio:

Artículo 67. La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social: con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente.

El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo. La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.”

 

Dentro de los programas de gobierno y especialmente en campañas electorales, el tema de educación se proclama como importante, sin embargo, siempre se quedan cortos en la planeación y aún más en la ejecución; hoy tenemos grandes falencias y grandes retos. La educación pública es asimétrica con la privada y es asimétrica en sí misma, dependiendo del territorio; las mejores escuelas y colegios públicos se encuentran en los centros principales, sin embargo, generalmente en sus periferias; cuando existen establecimientos educativos, distan radicalmente de los mejores en dotación física y en soporte de maestros. Más grave aún en el sector rural. Esta realidad se refleja en la exclusión en la educación superior que se proclama amplia en el acceso por lo económico, sin embargo, la exclusión afecta a quien viene sin la formación adecuada, no logra ingresar, no supera las pruebas de admisión.

 

Los sistemas de información controlados por el Ministerio de Educación y la obligatoriedad impuesta de informar desde los centros educativos en Colombia, nos dan buena cuenta del avance o déficit (depende como se mire) de nuestro sistema educativo. Adelante mostraré algunas cifras que respaldan lo escrito en el párrafo anterior. La existencia de este acervo de información que puede consultarse con niveles aceptables de actualización, son valiosas para diseñar planes de desarrollo educativo. Los elementos medibles son la cobertura y la calidad. En un análisis realizado por el periódico La República[2], con el apoyo de Mauricio Santamaría de la ANIF, se anota que:

1.En el 2018 la cobertura hasta noveno grado fue del 72%.

2.El gasto público en Educación fue un 4.5% del PIB, representando un 14.14% del gasto público total en 2019.

3.La calidad se midió con los resultados del programa internacional de evaluación de estudiantes PISA, donde Colombia obtuvo un puntaje de 406. El puntaje promedio de los miembros de OCDE[3] fue 488, el de Chile 438, el de México 416 y el de Perú 402. Estos resultados señalan a Colombia rezagada, sólo supera al Perú y está por debajo Serbia, país con ingreso per cápita comparable con el colombiano, que obtuvo un puntaje promedio de 442.

Qué ensañar y cómo hacerlo es la pregunta que hay que resolver para completar las variables de un plan integral y de alto impacto en la transformación de un país. Esta se ha planteado en muchas oportunidades y ha generado diferentes modelos. Desde la ley 30 de 1992, que proclama la autonomía y obliga a que cada centro de educación plantee, en forma participativa, su modelo o plan educativo institucional (PEI) se han logrado interesantes aciertos, como también se han generado vacíos en los contenidos que la sociedad reclama. Verbo y gracia: por integrar la historia y geografía en el capítulo de sociales, se encuentra que realmente no se tratan estas materias que, según la percepción de los mayores, son importantes para la ubicación del dicente y futuro ciudadano. Hay muchos otros reclamos señalando bajos niveles de formación en humanidades y carencia de instrucción de convivencia ciudadana. Claro, esto depende de cada PEI.

Los modelos educativos en los países desarrollados, claramente han sido motores de su desarrollo. La revisión de los modelos norteamericano, danés, ruso y japonés, entre otros, son importantes referentes para la revisión de nuestro modelo. Es interesante el reciente ajuste al modelo japonés, que se espera prepara la nueva generación para ser ciudadanos del mundo.

Valioso el esfuerzo del gobierno actual, al haber convocado la segunda misión de sabios que ellos mismos definen en uno de sus documentos:

“La Misión Internacional de Sabios 2019 fue convocada por el Gobierno Nacional en el mes de febrero de este año. Estuvo conformada por un grupo de expertos independientes y ad honorem en diferentes campos y de diferentes nacionalidades. La Misión recibió el encargo de trazar una hoja de ruta para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en Colombia. Esta misión se convocó 25 años después de que la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo de 1994 entregara al gobierno nacional su informe Colombia al filo de la oportunidad”[4]

 

La comisión rindió su informe contenido en Volúmenes digitales en formato pdf en el siguiente enlace:

Documentos | Minciencias

Es alentador y genera gran optimismo leer estos diez volúmenes digitales, donde se muestra el campo de posibilidades de Colombia en el contexto mundial contemporáneo para la ciencia, la tecnología y la innovación. Sin duda, serán la hoja de ruta de los planes educativos, para que la preparación de los colombianos sea pertinente en este mar de oportunidades. En el pie de página, Foto de los títulos de los volúmenes anunciados:[5]

[1] Se conoce como eclosión juntera, las convocatorias en los cabildos de múltiples ciudades del Nuevo Reino de Granada a conformar juntas de gobierno autónomas acaecidas en 1810, el 14 de junio en Cartagena, el 4 de julio en Pamplona, el 10 de julio en el Socorro, el 20 de julio en Santafé, el 6 de agosto en Mompox, etc. Movimientos que tienen como antecedente la toma del control Monárquico por Napoleón en 1808 en la Península Española.

[2] Educación en Colombia: Avances en cobertura y desafíos en calidad (larepublica.co)

[3] La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) es una organización internacional que agrupa a 36 países miembros y cuya misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas alrededor del mundo.

[4] propuesta-sabios-txt_y_portada-alta.pdf (minciencias.gov.co)

[5]

 Brochure – Focos e Integrantes

24.49 MB

 Brochure Resumen Propuestas Misión de Sabios

12.61 MB

 Volumen 1 – Ebook Principal- Colombia hacia una sociedad del conocimiento

4.11 MB

 Volumen 2 – Colombia hacia una sociedad del conocimiento -Síntesis de propuestas

6.42 MB

 Volumen 3 – Ciencia y Tecnología: Fundamentos de Bioeconomía- Propuestas del Foco de Biotecnología, Bioeconomía y Medio Ambiente

2.49 MB

 Volumen 4 – Colombia Construye sus Cimientos – Propuestas del Foco de Ciencias Básicas y del Espacio

3.96 MB

 Volumen 5 – Equidad, Educación y Desarrollo – Propuestas del Foco de Ciencias Sociales y Desarrollo Humano con Equidad

7.65 MB

 Volumen 6 – Propuestas y Desafìos para la Salud y la Vida – Propuestas del Foco de Ciencias de la Vida y de la Salud.

20.98 MB

 Volumen 7 – Colombia, la Oportunidad del Agua: Dos Océanos y un Mar de Ríos y Aguas Subterráneas – Propuestas del Foco de Océano

9.02 MB

 Volumen 8 – Arte, cultura y conocimiento – Propuestas del Foco de Industrias Creativas y Culturales

10.75 MB

 Volumen 9 – Colombia y la Nueva Revolución Industrial – Propuestas del Foco de Tecnologías Convergentes e Industrias 4.0

8.81 MB

 Volumen 10 – Transición Energética, Productividad y Sostenibilidad – Propuestas del Foco de Energías Sostenibles

14.76 MB

 Bieconomía para una Colombia Potencia viva y diversa: Hacia una sociedad impulsada por el conocimiento

16.9 MB

 Volumen 1 ENG – Colombia on the Path to a Knowledge – Based Society – Reflections and proposals – Vol1

 

El gran reto es universalizar el acceso a la educación en todo el país, un plan de desarrollo que cubra la generación actual y las siguientes, que cada niño tenga la posibilidad de ingresar a centros educativos de la misma calidad del resto del país, igualando por lo alto, como  forma efectiva de minimizar las diferencias; una educación adecuada e igualitaria fortalece en capacidad de convivencia, superando los complejos sociales de desigualdad que nos azotan, aumentando la capacidad de generar riqueza, redistribución y equilibrio. Una educación, que le permita al futuro ciudadano entender el mundo contemporáneo, interconectado globalmente y proyectarse en una profesión, arte u oficio, aportando a la armonía de la vida en comunidad y que contribuya a su felicidad y a la de los individuos de su entorno.

 


EDUCACIÓN Y TRASFORMACION SOCIAL: UNA POSIBILIDAD

EDUCACIÓN Y TRASFORMACION SOCIAL: UNA POSIBILIDAD

Por: Gladys Elena Urrea Vargas


El presente artículo recoge, desde la experiencia de la autora de cerca de dos décadas como docente rural, profesora de docentes en formación y tutora de docentes en ejercicio para la cualificación de sus prácticas de aula, unas reflexiones y propuestas sobre la educación pública y su posibilidad de ser un verdadero factor de trasformación social para los contextos en donde se imparte. Considero que con el conocimiento y cumplimiento de elementos claves de la política y la legislación educativa y la adopción de algunas estrategias puntuales a nivel del contexto, en la Institución Educativa (IE) y en el aula de clase, se potencializa exponencialmente la posibilidad de propiciar trasformaciones sociales.

Para tal propósito, se parte de la concepción acerca de los elementos centrales: educación y trasformación social. Luego se presenta brevemente el devenir histórico que ha rodeado la educación pública y la influencia de este en su papel de trasformador, así como algunos elementos claves que de ser apropiados y contextualizados, empoderarán la IE como factor de desarrollo en su área de influencia.

De otra parte, es importante clarificar la significación de dos conceptos centrales: educación y trasformación social. Por un lado, se entiende la educación como el acto de intervenir en la realidad de otro para transformarlo: su mente, sus creencias y formas de pensar, y, por ende, su futuro y el de su entorno. Por otro lado, la trasformación social puede ser definida como ese ideal o sueño de una sociedad más justa, equitativa y humana, donde todos tengan oportunidades de realización y contribuyan a formar un mejor país, especialmente en los contextos de mayor vulnerabilidad donde, por lo general, se imparte la educación pública.

Si bien la IE y los docentes suelen ser los únicos representantes del Estado en los lugares más lejanos de la geografía nacional, cabe preguntarse si su papel puede ser más relevante para lograr la trasformación social de sus entornos y por qué razón o razones, no lo ha conseguido con mayor impacto. A continuación, se analizan algunos elementos que pueden dar respuesta a la pregunta, comprender la situación y aportar soluciones.

Si bien puede parecer evidente la idea de que para lograr que la educación genere una trasformación social efectiva en sus contextos, se requiere que quienes la imparten conozcan e implementen lo contemplado en la legislación y la política educativa colombiana, la verdad es que, con frecuencia, esto no sucede de manera efectiva y esto se podría explicar, entre otras cosas, por la manera como algunos cambios y trasformaciones se han desarrollado: Hasta la década de los ochenta el sistema educativo colombiano fue bastante centralizado y prácticamente todas las decisiones eran tomadas desde el Ministerio de Educación Nacional (MEN): el diseño del currículo, la administración de las IEs, la adquisición y distribución de materiales, el nombramiento y capacitación docente, etc.

Pero, a partir de la Constitución de 1991 y la Ley 115 de 1994, bajo los principios de la democracia y el Estado Social de Derecho, se dio lugar a la descentralización del sector con una mayor participación ciudadana. Las IEs adquirieron autonomía para elaborar su Proyecto Educativo Institucional (PEI) y definir su plan de estudio, métodos pedagógicos y la manera de organizar su trabajo. Igualmente -y no menos importante- se constituyó el gobierno escolar que funciona a través de los diferentes organismos, en los que están representados todos los integrantes de la comunidad educativa, buscando garantizar su participación democrática en las decisiones institucionales.

Se pretendía con estas directrices que las IEs, de manera autónoma, democrática y participativa, concertaran con sus comunidades la identidad institucional y la manera como se proponían alcanzar los fines de la educación estipulados en la ley, teniendo en cuenta las condiciones económicas, sociales y culturales del entorno, para ofrecer una educación pertinente, que respondiera a las necesidades de los estudiantes, la comunidad local y el país.

Desafortunadamente, el ejercicio de la autonomía institucional, la participación democrática y la contextualización de la educación no se dio tal como se esperaba -más adelante se aventuran algunas explicaciones al respecto- y durante la primera década del presente siglo el MEN retoma (recentraliza) alguna de las funciones que había delegado y -entre otras medidas- define un sistema de aseguramiento de la calidad dividido en tres elementos: Referentes Nacionales: Estándares Básicos de Competencias (EBC), evaluación, y mejoramiento.

+En primer lugar, los Estándares Básicos de Competencias de las áreas básicas (lenguaje, matemáticas, ciencias naturales y sociales y competencias ciudadanas e inglés) que constituyen los criterios claros y públicos que especifican lo que los estudiantes deben saber y saber hacer con lo que aprenden, buscando cambiar el enfoque de trasmisión y memorización de contenidos por un enfoque en el desarrollo de competencias. En segundo lugar, la evaluación como mecanismo de diagnóstico que permite saber cómo se está frente a los objetivos y metas propuestos y tomar decisiones al respecto.

La novedad es que se evalúa todo el Sistema Educativo: el aprendizaje de los estudiantes, el desempeño de directivos y docentes y la propia Institución. Y como tercer y último elemento del ciclo de la calidad: el mejoramiento, que consiste en formular planes de mejora sobre la base en los resultados de las evaluaciones practicadas, ejecutarlos, y hacerles seguimiento, de manera que este ciclo se retroalimente en forma permanente. Para la puesta en marcha del sistema, nuevamente se hace énfasis en los principios de autonomía institucional, democracia participativa y la pertinencia de la educación impartida para su contexto.

Se podría pensar que a la luz de estas políticas y principios, estarían dadas las condiciones para que las IEs se constituyan en factor de cambio y transformación social, pero lo que se ha podido observar y corroborar es que estas políticas, principios y nuevas formas de trabajo no han sido suficientemente apropiadas y puestas en marcha al interior de éstas. Las causas se podrían encontrar, principalmente, en el hecho de que estas medidas, por buenas y deseables, representan un cambio de paradigma en las formas de trabajar y concebir la IE y los cambios -precisamente por las resistencias que generan- no se pueden implementar por leyes, directrices o decretos, sino que deben ser eficientemente direccionados y gestionados. Y estos procesos no se han dado, ni a nivel Estatal ni al interior de las IEs. Ni éstas ni el contexto sociocultural estaban preparados para la autonomía, la participación democrática, la autodirección, sino por el contrario, los intentos de implementar la nueva política educativa fue permeada por las viejas prácticas de autoritarismo, el hacer por cumplir pero sin mirada crítica ni proactiva y, el gobierno escolar -en cada estamento- resultó un mal remedo de los vicios de la democracia nacional: apatía y abstinencia para elegir y ser elegido, promesas incumplidas, baja o nula rendición de cuentas, falta de reglamentos y reglas claras para la acción, desconocimiento de las funciones, falta de consecuencias para las omisiones o faltas, etc.

A esto se le puede añadir la desconfianza generalizada que existe al interior del gremio sobre las directrices del Ministerio, en el sentido que son orientadas desde los escritorios, sin reconocimiento del contexto donde se deben implementar y que son improvisadas. Directivos y docentes suelen decir que cuando ellos ya han apropiado las orientaciones el Estado las cambia, por lo tanto, no vale la pena ni intentarlo.
Ahora bien, lo que se ha podido observar es que la implementación de estos principios y políticas cuando se llevan a cabo de manera crítica, participativa y proactiva, generan muy buenos resultados para el funcionamiento de la Institución, el clima laboral, los aprendizajes y el desarrollo humano de los estudiantes, las relaciones con el entorno, el sentido de pertenencia de la comunidad, etc. Por el contrario, en aquellas IEs donde se ignoran y se omiten reina el caos y la mediocridad con grave perjuicio para todos los implicados.

Y aunque es verdad que los cambios no suelen ser fáciles y la adopción de estos suelen generar resistencia, se ha podido evidenciar que la implementación de estas políticas y el uso adecuado de los mecanismos y directrices aportadas por el MEN, contribuyen eficientemente a la realización de la labor de las instituciones educativas y a la trasformación social que el país merece lograr.

A continuación, se comparten algunas estrategias y acciones y que han demostrado ser efectivas al momento de gestionar los cambios al interior de las IEs, generar sinergias, facilitar las labores y por ende, contribuir a la trasformación de los entornos.

En primer lugar, tener las reglas de juego claras, respecto a los funciones, derechos, deberes y consecuencias, y establecer mecanismos para dirimir los conflictos, facilitan enormemente el buen funcionamiento de la Institución. Se propone entonces el establecimiento del manual de funciones, el debido proceso y el comité de convivencia sobre la base en lo establecido en la legislación vigente. Esto permite tener claridad sobre lo que corresponde hacer y lo que no, contribuye a una dirección efectiva y soluciona muchos de los problemas de convivencia que suelen presentarse en la Institución por desconocimiento de los mismos.
Sería ideal que en la jornada de socialización y concertación de estos procesos se contara con la participación de representantes del sindicato de educadores y/o de las Secretarías de Educación para despejar dudas, apoyar el consenso, y proveer garantías a los docentes, directivos y demás trabajadores de las IEs.

Dentro del Sistema de Aseguramiento de la Calidad propuesto por el MEN, se encuentran dos mecanismos de gestión muy efectivos, a saber: La autoevaluación y el Plan de Mejoramiento Institucional (PMI) propuestos en la Guía 34. Cuando estos dos procesos se realizan con objetividad, con la participación de la comunidad educativa, y de manera consensuada, aportan a un cambio verdadero y un mayor compromiso institucional, y garantizan mantener un PEI en permanente revisión a fin de que sea pertinente para la Institución.

Algunas estrategias para garantizar la eficiencia de estos procesos son:

 Al conformar los equipos de gestión, además de buscar la representación de los diferentes estamentos, es imperativo que participen los funcionarios relacionados con cada una de ellas. Es decir, el rector debe formar parte de la gestión directiva, el coordinador académico de dicha gestión, los funcionarios de apoyo participan en la gestión administrativa y el o la psicorientador (a) debe acompañar la gestión de la comunidad. En la medida de lo posible, los integrantes de cada gestión deben pertenecer varios años a la misma, con el fin de garantizar la continuidad de los procesos.
 Al realizar la Autoevaluación Institucional, es necesario contar con las evidencias físicas que permitan llevar a cabo la valoración del proceso objetivamente.
 La socialización de los resultados de la Autoevaluación por gestión y la priorización de factores críticos para la mejora, se debe hacer en asamblea general, donde se definen de manera consensuada las prioridades de actuación que se trabajarán en el PMI. Esto garantiza el compromiso de todos para el desarrollo de actividades de mejoramiento que requieran la actuación conjunta.
 Al elaborar el PMI es importante que las acciones que se propongan sean viables, factibles y dependan totalmente para su realización de la IE. Se deben definir claramente responsables, recursos y fechas específicas para su realización.
 En el cronograma institucional deben garantizarse espacios para la ejecución, socialización y seguimiento periódico de las acciones propuestas. Pueden ser en los microcentros -si se realizan-, en jornada complementaria, en las semanas de desarrollo institucional. Esta especie de rendición de cuentas por parte de los equipos de gestión garantizan su avance y realización.
 Otra estrategia efectiva para garantizar la realización de las acciones propuestas en el PMI, sin recargar de trabajo a los docentes, es acordar que sean validadas como contribuciones para la evaluación de desempeño para quienes corresponda.

Cada IE está ubicada en un contexto social, cultural y productivo determinados. Por lo tanto, es importante la construcción de alianzas estratégicas y trabajo conjunto con las autoridades y entidades que ofrezcan servicios complementarios: nutrición, salud, trasporte, atención a necesidades educativas especiales (NEE), etc., que faciliten el afrontamiento de problemáticas que la IE no puede resolver por sí misma. Del mismo modo, resulta pertinente gestionar acciones que redunden en la realización de actividades deportivas, culturales, artísticas, de emprendimiento, etc., que integren al establecimiento en el contexto y con el sector productivo y generen identidad y sentido de pertenencia.

Igualmente, vale la pena destacar la importancia del reconocimiento y el enriquecimiento del entorno cultural a la hora de facilitar la trasformación social que pretende generarse. Por una parte, el rescate de los valores y saberes culturales, las tradiciones, las historias de vida, y el desarrollo del barrio o vereda, promueven el arraigo, la valoración y la construcción de identidad por parte de los estudiantes. Por otra parte, resulta particularmente relevante propender por el enriquecimiento cultural de los niños y sus familias o cuidadores, utilizando estrategias como el cuaderno y/o libro viajero, donde pueden registrarse las impresiones familiares acerca de libros de la biblioteca escolar que van viajando de un hogar a otro. Igualmente, recursos multimedia de tipo musical, artístico, de actividad física, tutoriales, etc. que se pueden grabar en formato digital (CD o DVD) generan interés y aportan al enriquecimiento de la visión de mundo de las personas de la comunidad.

Para ser factor de trasformación social, la escuela debe propender por ser modelo de organización, orden, aseo, optimización del uso de los recursos y cuidado de lo público con fin de llegar a ser un referente para la comunidad. Si bien el entorno físico de la escuela, su infraestructura y dotación de recursos, dependen en gran medida del Estado, la IE también puede establecer acciones para su embellecimiento, conservación, y mantenimiento con el apoyo de la comunidad. La depuración del material obsoleto o en mal estado, el mantenimiento de la planta física y los implementos, una política de limpieza y manejo de residuos sólidos, así como la conservación y optimización del uso de las áreas comunes con la ayuda de todos, generan un ambiente de orden y bienestar que impacta en el colectivo, aún fuera del contexto educativo.

Sería bueno establecer una cultura de cuidado que propenda por el bienestar físico, mental y emocional, de todos los integrantes de la comunidad educativa. Es pertinente -entonces- implementar acciones en las que puedan participar docentes, directivos, estudiantes, administrativos, tales como: pausas activas, actividad física, encuentros deportivos, ejercicios de inteligencia emocional, meditación, etc., que aportan significativamente a la calidad de vida de los participantes y puede ser extensivo a los padres y cuidadores a través de las Escuelas de Padres.

De la misma manera, y para facilitar el trabajo de docentes y estudiantes en el aula de clase, debe concertarse a nivel institucional -y luego operacionalizar y ajustar a nivel de aula-, el establecimiento de normas y rutinas que vayan en línea con los principios y valores definidos en el Horizonte Institucional. Tanto las normas como las rutinas se acuerdan con los estudiantes, así como las consecuencias del incumplimiento de las mismas. Deben fijarse en un lugar visible en el aula para que se mantengan presentes. Por ejemplo, una opción efectiva para el manejo de la disciplina y/o el incumplimiento de normas puede ser la técnica del tiempo fuera, en la cual, ante el incumplimiento de una norma del aula de clase, se le pide al niño que se siente en un lugar diferente de su pupitre durante un minuto por cada año de vida; no como una expresión de rechazo o como una forma de castigo, sino con el objetivo de proveer un espacio para el procesamiento emocional y la reflexión sobre la propia conducta, de forma que ésta pueda ser modificada en el futuro. Es bueno delegar en los estudiantes -alternativamente- velar por la aplicación de esta estrategia. Ofrece maravillosos resultados, especialmente cuando incluye la posibilidad de que el docente también pueda ser puesto en tiempo fuera (por ejemplo, si alza la voz o incumple alguna de las normas acordadas en el espacio de concertación). Esto ayuda a modelar la conducta y permite que los estudiantes la asuman como una estrategia de socialización positiva.

En cuanto a las rutinas del aula de clase, deben ser suficientemente ensayadas y practicadas durante la primera semana del año lectivo, y cada vez que llegue un estudiante nuevo. Con el fin de facilitar el orden, la organización y el manejo de los recursos, es recomendable establecer en el aula el principio de “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, señalando y nombrando los espacios donde deben ubicarse los diferentes implementos y herramientas. Igualmente, el mantenimiento de la limpieza del aula representa un elemento importante en la formación y es ideal que inicie al ingreso a la misma, a la vez que es recomendable que se establezca como una consecuencia lógica de su incumplimiento el tener que realizar la limpieza al finalizar la jornada. De la misma forma, la textualización de las aulas y la exposición de las producciones de los estudiantes, también constituyen importantes estrategias de manejo del aula, ya que causan un impacto positivo en la motivación para el aprendizaje de los niños y adolescentes.

En conclusión: conocer y acoger las políticas y la legislación educativa contextualizándolas; cuidar y embellecer el entorno físico; reconocer el contexto y promover su enriquecimiento cultural; propender por el bienestar de los miembros de la comunidad educativa; tener acuerdos claros, públicos y concertados y establecer rutinas, son algunas de las acciones que influyen positivamente en el quehacer institucional, en el desarrollo de los estudiante, en la transformación social y nos acerca al modelo de país que se quiere construir.


LA DEMOCRACIA EN LA ESCUELA

LA DEMOCRACIA EN LA ESCUELA.

DE UNA CULTURA DE MAYORÍAS A UNA CULTURA DEL DIÁLOGO

Por: Leonardo Ayala


“Hablar de democracia y callar al pueblo, es una farsa. Paulo Freire

Las palabras nacen de la arbitrariedad humana y se imponen como verdad tras su uso desmedido y el olvido de su sinrazón. Nietzsche (1996) desenmascara esta imposición, al definir la verdad como “metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas, adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, a un pueblo le parecen fijas, canónicas, obligatorias”. En su sospecha, vislumbra un punto clave, las relaciones humanas son el hecho material que engendra al lenguaje. Sin embargo, y como él lo diría, debemos rumiar un poco más. Nos advierte que lo que se impone es una suma de relaciones y no la suma de todas ellas. De modo que, podemos entrever otros significados de las palabras. Es decir, otra suma de relaciones que han sido marginadas y olvidadas por una forma de dominación, que parece fija y canónica.

Al respecto, qué mejor ejemplo que la palabra democracia, que implica, en su más hondo sentido, relaciones sociales. Todos hablan de ella; en las clases de sociales, en tiempos electorales, en los medios de comunicación, en esta revista, incluso Netflix tiene un documental, “al filo de la democracia”. Es inevitable preguntarnos: ¿Qué tipo de relaciones humanas subyacen debajo del significado de democracia que se pregona y practica por todos lados? ¿Qué otros significados tiene la democracia? Y, desde el particular interés como maestro ¿Cuál es el significado de una escuela democrática? Las respuestas que daremos no serán las únicas ni mucho menos las definitivas, pero si retomara el debate iniciado por diferentes maestros, que lucharon por otro tipo de relaciones humanas, no de dominación sino de participación y liberación.

Iniciemos con el maestro colombiano, Estanislao Zuleta (1989). En su época, no tan diferente a la nuestra, denunciaba que “ahora domina una concepción negativa; es decir, una concepción de la democracia como el sistema político menos malo conocido”. El sentido de esta democracia negativa queda plasmado en las consignas, expresadas y practicadas tanto en los congresos y parlamentos como en las escuelas: ‘la mayoría decide’ o ‘el gobierno es de las mayorías’. En el fondo, implica la imposibilidad de aceptar la diferencia. Así que, las decisiones se toman por mayoría y la diversidad de pensamiento es eliminada para alcanzar la falsa unanimidad. En resumen, el conflicto, nacido de la pluralidad de ideas se silencia o, en el peor de los, se le calla.
Con su pensamiento crítico, Estanislao arremete contra esta concepción negativa desde dos
flancos. Por un lado, afirma que el criterio de la mayoría no puede ser demostrativo, es decir, no puede considerarse como cierta, adecuada o verdadera una decisión sencillamente porque la mayoría lo decide así. Usando dos sencillos ejemplos, el maestro colombiano (1995) nos ayuda entender:

Primero que todo la democracia, entendida como el gobierno de la mayoría, no tiene mucho que ver con el saber, porque el criterio de la mayoría no lo podemos considerar demostrativo. Un individuo sostiene, por ejemplo, que el cáncer se deriva de un virus,
otro considera que el cáncer es hereditario: ¿puede resolverse este problema votando?
El maestro no puede atenerse a las mayorías cuando afirma ciertas cosas. Hay cosas que son de cierta forma, y pueden demostrarse, aunque a la mayoría de las personas no les parezca así. Si a Galileo se le hubiera ocurrido la idea espantosa de que votaran su teoría, casi todos lo habrían hecho en contra suya. (pág.46)

Por otro lado, Estanislao niega todo carácter democrático a la decisión de las mayorías porque estas pueden ser, y son, manipuladas, engañadas y enredadas por intereses de una elite opresora que, con artimañas instaura una cultura de falsa democracia (Zuleta, 1995).

Esta lixiviada cultura no es más que la suma de relaciones de dominación señaladas al principio. Su único poder se basa en la repetición y reproducción a la fuerza, tanto en espacios gubernamentales, educativas o hasta populares. Ahora bien, si para este significado de democracia subyace una determinada relación entre individuos, es lógico pensar que para una democracia positiva subyacen otras relaciones.

Una democracia positiva es, sigue diciendo Estanislao, la que afirma y acepta “la riqueza irremplazable de la multiplicidad de iniciativas, pensamientos, convicciones y visiones del mundo” (1989). En otro lugar, el maestro asegura que la democracia es el “derecho del individuo a diferir contra la mayoría… a pensar y a vivir distinto” (Zuleta, 1995). Entonces, lo democrático es un derecho a la diferencia, un derecho a exponer y a desarrollar el propio punto de vista y a discrepar de lo que piensa o decide la mayoría. Un derecho que debe ser
respetado y no pisoteado.

Es obvio que no se trata de una mera libertad a hablar y hacer lo que se place, sino de asumir la complejidad de las relaciones humanas. De modo que, bajo este significado positivo existen relaciones de participación, convivencia y respeto desde la diferencia y lo diverso. Dicha complejidad se expresa en el diálogo, donde la palabra es compartida, o sea, puesta, opuesta pero nunca impuesta.

El dialogo es la característica más transcendental de la democracia positiva. Es decir, el dialogo rompe las relaciones de dominación. Paulo Freire lo puntualiza diciendo que, un verdadero dialogo es el “encuentro de los hombres mediatizados por el mundo, para pronunciarlo no agotándose, por lo tanto, en la mera relación yo-tu” (2005). El encuentro nos define como humanos. La deshumanización sucede cuando se rompe el dialogo y se impone una sola palabra por repetición absurda, es decir, el monólogo de la unanimidad. El pedagogo de Recife lo aclara:

Más decir la palabra verdadera, que es trabajo, que es praxis, es transformar el mundo, decirla no es privilegio de algunos hombres, sino derecho de todos los hombres. Precisamente por esto, nadie puede decir la palabra verdadera solo, o decirla para los otros, en un acto de prescripción con el cual quita a los demás el derecho de decirla. Decir la palabra, referida al mundo que se ha de transformar, implica un encuentro de los hombres para esta transformación. (págs. 106-107)

El dialogo de todos supera el carácter dominador, opresor, individualista y representativo
que se impone en la concepción negativa y asume el carácter liberador, dialógico, conflictivo y participativo de una concepción positiva de la democracia. En decir, el estar-junto-con otros-en-el-mundo para transformarlo en el conversar o compartir la palabra. Es interesante Gnotar que este carácter existencial de co-dependencia en el dialogo, ya lo expresaba Karl Marx en sus investigaciones económicas de 1857~1858:

Cuanto más lejos nos remontamos en la historia, tanto más aparece el individuo […] como dependiente y formando parte de un todo mayor […] El hombre es, en el sentido más literal, un ζῷον πολῑτῐκόν no solamente un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad. La producción por parte de un individuo aislado […] fuera de la sociedad no es menos absurda que la idea de un desarrollo
del lenguaje sin individuos que vivan juntos y hablen entre sí. (1971, pág. 4)

Los seres aislados y autosuficientes jamás han existido. Aunque la democracia positiva defiende el derecho a la autonomía y a individualizarse, éstos sólo tienen sentido en la comunidad, en un todo mayor. Somos animales políticos más que una agregación de
individuos. Este carácter político es lo que nos hace diferentes de otros animales sociales, como las hormigas o avispas; una hormiga no decide ser la reina o el zángano, su naturaleza la determina. Por el contrario, lo humano no tiene una naturaleza fija. Es decir, su naturaleza es tal que, las relaciones no están determinadas ni son fijas.

– Las interacciones humanas son tan diversas, flexibles y complejas que van desde las primeras familias, tribus, clanes, antiguas civilizaciones hasta llegar a las sociedades modernas de hoy día y no pueden reducirse a una determinación. Sin embargo, la democracia positiva no es el factor común en todas ellas. Incluso, no es tan antigua como para que sea lo común. Pero, sí lo es su sentido positivo, su trasfondo relacional, participativo y dialógico. Ya está obviedad nos la mostró Marx.

No me interesa hacer una genealogía de la democracia, sino apuntar el aspecto relacional que la implica y hacer énfasis en su significado positivo y real. Puntualmente, me interesa cómo se relaciona lo educativo y lo democrático, interés que inició esta breve e incipiente reflexión. Entrándonos en este particular y con lo abordado hasta este punto, iniciemos preguntando ¿Qué tipo de democracia se vive en los espacios educativos? Sin lugar a dudas, la concepción negativa y de carácter procedimental-representativa, definida por Estanislao. Es decir, luego de una exposición de acciones e inquietudes al respecto, la mayoría, a mano alzada o con tarjetones, vota y decide los representantes, personeros contralores, etc. de los organismos de gobierno escolar, que no es otra cosa que la política escolar, redes de poder que determinan el tipo de relación entre maestros y estudiantes. Por ejemplo, en un salón de clase se dialoga entre dos opciones necesariamente opuestas. Como los estudiantes están divididos entre la opción x y la opción y, se aligera una soluciona al conflicto con una votación. Al final, los perdedores callan frente a la suma mayor de votos, y la ‘palabra de algunos se posa sobre la de otros’. Por la premura, el conflicto y el dialogo son callados; lo esencial no se escucha.

Lo democrático en las escuelas no debe limitarse a un ejercicio de votación. Al contrario, debe permear todos los espacios escolares, desde la elección de representantes hasta el currículo y las clases. No es nada fácil y Estanislao (1988) lo reconoce: “la democracia es un camino bastante largo y propiamente indefinido”. Aun así, y por la misma razón, este camino debe ser construido. En vez de usar un recetario para la democracia escolar, prefiero usar la analogía de las banderas. Estas señalan horizontes y principios que deben ser asumidos y defendidos en una larga lucha por la liberación de los pueblos, más que la prescripción del paso a paso. Así que, ¿Cuáles banderas debe izar una escuela que apuesta por la democrática positiva? Paulo Freire (2005) levanta los primeros estandartes en esta lucha:

Si no hay un profundo amor al mundo y a los hombres, no es posible la pronunciación del mundo, que es un acto de creación y recreación, si no existe amor que lo infunda […] si no hay humildad. La pronunciación del mundo, con el cual los hombres lo recrean permanentemente, no puede ser un acto arrogante […] sino existe una intensa fe en los hombres. Fe en su poder de hacer y rehacer. De crear y recrear. Fe en su vocación de ser más, que no es el privilegio de algunos sino el derecho de los hombre”. (págs. 108-111)

La primera bandera, iza el amor al prójimo que, al escucharlo, nos llama a construir desde lo distinto. La segunda, pone la acción humilde frente al egoísmo de la palabrería arrogante de generalizar, totalizar y unanimizar lo distinto. La tercera, busca en la fe viva de los hombres, el poder de cambiar las relaciones dominadoras en relaciones de participación y liberación de todos. A su vez, Estanislao ondea una cuarta bandera: la “democracia es dejar que los otros existan y se desarrollen por sí mismos (1995). Superar la heteronomía con una autonomía que se desarrolla en el dialogo crítico. Estas banderas dan otro sentido a la democracia en general y, en lo particular, permiten transformar la escuela que cantinflea de democracia por aquella que vive la democracia. Sólo así, podremos descender hacia una pregunta más concreta: ¿Qué relaciones democráticas mantiene la escuela y el pueblo?

Referencias
Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido (Segunda ed.). México: Siglo XXI.
Marx, K. (1971). Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1857-1858 (Vol. 1). México: Siglo XXI.
Nietzsche, F. (1996). Verdad y mentira en un sentido extramoral. Madrid: Tecnos.
Zuleta, E. (1989). Colombia: violencia, democracia y derechos humanos. Cali : Altamir.
Zuleta, E. (1995). Educación y democracia: un campo de combate. Bogota: Ariel.