ENTREVISTA A RAUL TORO SUAZA

ENTREVISTA A RAUL TORO SUAZA

Por:Luis José Arévalo


Hola para todos, bienvenidos a una nueva emisión de nuestro programa “Vidas al servicio de la humanidad” que igualmente en conjunto con la revista Cúbica, hace esta entrevista a una persona que llegó a Bucaramanga, hace alrededor de tres años y cambio en un alto porcentaje la situación de los adolescentes infractores de la ley penal.

Como les he venido contando, el suscrito se desempeña como juez penal del circuito en el sistema de responsabilidad penal para adolescentes, inicialmente tuve una experiencia laboral en el municipio de Vélez Santander, donde las condiciones, naturalmente socio económicas de los muchachos y los entornos familiares son todavía muy fuertes y particularmente en muy pocas ocasiones, tuve que privar de la libertad a los jóvenes en el centro de atención especializado que funciona en Piedecuesta.

No obstante, lo anterior, cuando llegué a Bucaramanga y naturalmente las circunstancias aquí son completamente distintas, solamente para referir que, en Vélez, Santander, yo conocí en cuatro años solo un homicidio y en la ciudad de Bucaramanga y en su entorno del área metropolitana, pues particularmente las circunstancias de homicidios son muy recurrentes en el sistema. Eso solamente para señalar que tuve necesariamente que tener mucho contacto con la institución que administraba la medida de privación de la libertad del Centro de Atención Especializada, CAE.

Y que bueno, que nuestro invitado de hoy RAÚL TORO SUAZA hubiera llegado en nombre y representación de la “Fundación Familia Entorno Individuo” a dirigir el funcionamiento de esta institución, que hoy se conoce como la “Escuela de Formación Integral Los Robles” del municipio de Piedecuesta.

Revista Cúbica: Raúl Bienvenido a nuestro programa, un saludo especial a nuestros oyentes, en el caso de nuestro podcast, igualmente a nuestros lectores de la Revista CÚBICA.

¿Bueno, Raúl, inicialmente le pregunto, Usted de dónde es? ¿Cuál es su origen familiar y geográfico? Entiendo que usted es del eje cafetero.

RAÚL TORO SUAZA: La verdad, yo nací en el Departamento de Cundinamarca, propiamente en el municipio de Girardot, pero si tengo un arraigo fuerte, familiar en el Tolima grande. Si en la Ibagué puntualmente estuve mis primeros ciclos de vida.

RC: Bueno, el apellido Toro es de esa zona y ¿el apellido Suaza de dónde es?

RTS: El apellido Toro de mi padre oriundo del Tolima grande y el apellido Suaza de mi madre nacida en el Huila, entonces ahí se unifican los dos apellidos.

RC: Raúl, ¿Usted donde hizo su primaria, su bachillerato y profesionalmente donde estudio, donde se formó?

RTS: La primaria de primero a quinto, la cursé en la zona rural del Tolima llamado el Alto Cunday, una zona fuertemente golpeada por el conflicto armado, de allí nos trasladamos a la ciudad de Ibagué y terminé mi bachillerato en el colegio Luis Carlos Galán Sarmiento. Mis estudios profesionales en Licenciatura en Educación Física, los realice en la Universidad del Tolima.

RC: ¿Pero se puede deducir de su respuesta, que usted y su familia pudieron ser víctimas del conflicto armado, es decir, hubo alguna circunstancia de desplazamiento?

RTS: La verdad, tristemente me tocó vivir la parte fuerte de un conflicto armado en cercanías a “Olla Grande”, estoy hablando de los años 2001 y 2002, época en que este lugar era una de las sedes principales de uno de los grupos fuertes al margen de la ley, y lastimosamente me tocó vivir una época de violencia, donde se vio afectada una parte de mi familia, conocidos, amigos, y a raíz de eso nos tocó irnos hacia la zona urbana de Ibagué, buscando minimizar los riesgos a los que estaba expuesta en ese momento toda esa zona rural.

RC: ¿Y esa vocación de estudiar Educación Física, de dónde le surgió?

RTS: Pienso que, en un principio, creo que yo era como la oveja negra de la familia, pues un hermano estudió Ingeniería Industrial en la Universidad de Ibagué, una Universidad privada y mi hermano menor estudia Ingeniería Agronómica y pues no sé qué paso por mi mente, pero sentí agrado y una atracción por el tema del deporte, en especial por el tema de la pedagogía, la cual me llama bastante la atención, finalmente le fui cogiendo un cariño impresionante a esto y me enamoré de todos los procesos pedagógicos.

RC: Raúl, yo pienso que parte de lo que vamos a hablar más adelante, tiene que ver mucho con esa situación que usted narra, el deporte y la pedagogía están muy insertos en los procesos restaurativos de los jóvenes y en general de las personas que tienen propósitos de vida pues absolutamente exitosos, diríamos nosotros así, yo comparto esa circunstancia, yo me presenté a la Universidad Pedagógica Nacional a estudiar educación física, queriendo ser entrenador de un equipo de fútbol, pasé en la Universidad, pero por circunstancias familiares no pude desplazarme a Bogotá a estudiar en la Universidad Pedagógica y terminé estudiando Derecho, pero el deporte ha sido un signo en mi vida y entiendo igualmente que en los procesos que ustedes adelantan, el deporte como una manera de generar una voluntad distinta, de un espíritu distinto, un ánimo de convivencia, es muy importante en el desarrollo de su vida profesional posteriormente, es decir, ya cuando ingresó a la “Fundación Familia Entorno Individuo” y entre otras cosas, ¿cómo llegó usted a la institución?

RTS: Efectivamente, el tema del deporte y la pedagogía sin querer queriendo, fueron las herramientas que Dios puso en mi vida y en mi formación teórica y posteriormente vocacional para poder interpretar y generar estrategias diferentes de enganche para los jóvenes, que, en la actualidad como tal por su ciclo de vida, es un enganche importante para comenzar a tener desde allí una intervención que tenga un fruto, tenga un mayor impacto para los adolescentes, por el ciclo en que se encuentran nuestros jóvenes, propiamente la población que actualmente manejamos.

El llegar a FFEI, al sistema de responsabilidad penal para decentes, pues en su momento fue en el año 2013, más o menos sobre el 15 de marzo, inicié en un programa de protección, donde había aproximadamente 40 niños y adolescentes, en edades entre los 8 y 17 años. Comencé como formador, pero por las vueltas de la vida y casi sin comprenderlo, terminé ejerciendo allí sin haber terminado aún mi carrera, realicé mis primeros pinos en lo que tiene que ver con los procesos y la formación de jóvenes con condiciones muy especiales, con habilidades y capacidades impresionantes que necesitaban ser canalizadas y potencializadas.

RC: En primer lugar, creo que la “Fundación Familia Entorno Individuo” tiene su origen en el sector del eje cafetero, ¿cuándo nace la Fundación y cómo se vincula Usted a ella?

RTS: La FFEI es un aliado estratégico del ICBF, nace a raíz de la necesidad de tener un operador que establezca un proceso de atención en los jóvenes de la modalidad CAE, nace el 14 de abril de 2004 en la ciudad de Ibagué, administrando el Centro de Atención Especializado del Politécnico Luis A. Rengifo, el Centro de Internamiento Preventivo, ubicado en el mismo inmueble, cerca al barrio Claret y también administrábamos sanciones no privativas de la libertad, libertad vigilada, externados media jornada, servicios a la Comunidad, entre otras.

RC: Llega Usted a Bucaramanga, sobre el año 2018 como delegado de la Fundación FFEI, a manejar la medida privativa de libertad en centro de atención especializado en el distrito judicial de Bucaramanga y San Gil, porque usted igualmente acoge y media privativa de la libertad a muchachos de los circuitos judiciales de estas dos ciudades. ¿Pero cuál es su primera impresión, cuando usted se traslada de su entorno familiar, social y geográfico hacia Bucaramanga, un entorno absolutamente distinto al de ustedes, pero además es una novedad, porque llega a trabajar en un sistema en donde las circunstancias de formación, incluso las costumbres, la forma de hablar también son diferentes, como fue esa primera experiencia, esa primera relación con el sistema y con la gente de Bucaramanga y de Santander en general?

RTS: Bueno, después de ingresar a la Fundación, tuve la oportunidad de ir a los 24 años a direccionar el programa del Politécnico Luis A. Rengifo y se comenzó a generar expectativas altas frente a trabajar procesos de alto impacto, obviamente amparados en un proyecto de atención institucional, visionado a generar un cambio en la estructura de los proyectos de vida de los jóvenes que ingresaron al CAE de allí en el 2015, y se lo cuento, así, frente a lo que Dios me ha permitido
vivir, lo que me ha generado varias experiencias muy significativas, porque esto ha sido ensayo-error, y de allí se han aprendido cosas que permiten cualificar los procesos de atención de una manera muy integral. En el año 2015 llego a administrar el Centro de Atención Especializado Samanes, que queda ubicado en la ciudad de Neiva. En el 2016 se presenta la oportunidad con la Fundación FFEI de administrar tres sedes: el CAE del Redentor Jóvenes con 250 adolescentes, en la sede Redentor Adolescentes donde teníamos 180 beneficiarios y un programa para jóvenes más avanzados en su proceso que se llamaba el CAE Belén, donde teníamos 50 jóvenes.

En el año 2018, se presenta la oportunidad de administrar el CAE de Santander, la idea era un reto muy difícil y se lo digo a nivel personal, a Dios le pedía un poco de tranquilidad porque trabajar en Bogotá representando y orientando estos tres CAEs era muy complejo, es por todo lo que representa trabajar en la capital; tuve una reunión con la subdirección de responsabilidad penal directamente con la Doctora Catalina Puertas y nos comenta la dificultad fuerte que a nivel nacional con un CAE en específico y nos habla de la regional Santander. Allí iniciamos todo el proceso de licencia de funcionamiento y a través de los medios de comunicación y de otras fuentes, nos enterábamos de la situación compleja que había en esa región, a su vez y de manera irónica, yo personalmente pidiéndole a Dios algo más de tranquilidad por todo lo que se manejaba allá, pues en los designios del director o representante legal de la Fundación, dice que debo abrir puertas en Santander, es ahí cuando me trasladó el 15 de julio del 2018 para iniciar un proceso de empalme, de verificación, de análisis en cuanto a la realidad y la actualidad del CAE, que en su momento se llamaba Casan. Al llegar allí, me encuentro con ciertas cosas y situaciones que se presentan y que se convierten en retos para mí, soy una persona que me gusta los retos, me gusta que me digan que no, me gusta buscar la manera de demostrar que con Dios todo es posible.

RC: Bueno, Raúl, ambos conocemos unos procesos absolutamente restaurativos, cambios del cielo a la tierra de conductas, de actitudes, de propósito de vida de estos muchachos, que como yo he definido la Justicia del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes, generalmente corresponde a los estratos económicos 0, 1, 2, 3, y que son las personas que desafortunadamente han sido más golpeadas en la vida, no solamente de la parte económica, también la falta de oportunidades, la falta de enseñanzas, la falta de colaboración incluso con las familias, ese es el marco general de la justicia juvenil en Colombia. Yo así lo he dicho en muchas oportunidades y los sigo sosteniendo.

Pero particularmente, aparte del tema económico y de la deserción escolar, que es muy recurrente y unido al tema del consumo de sustancias psicoactivas, hay una parte que creo que ustedes han manejado muy bien, Usted lo ha expresado muy bien en varias referencias que ha hecho en anteriores respuestas, se trata de la parte espiritual, y eso es esencial tanto en un ser humano en formación como para una persona ya adulta.

¿Cómo propician que estos muchachos, que a veces llegan incluso tan alejados de Dios, terminen convirtiendo su vida en un ejemplo, como en una circunstancia de desarrollar todo lo que la Biblia dice respecto a la protección de la vida, igualmente también la defensa de los intereses personales, pero referidos a ser un buen ciudadano y una buena persona, un buen hijo? ¿Cómo Incluyen ustedes esa parte espiritual qué es tan importante en los jóvenes?

RTS: Pues primero que todos nosotros y de manera pues muy objetiva, siempre intentamos vincular todos los procesos de atención conforme a la propuesta institucional, la espiritualidad tiene un fundamento base en el componente trascendencia y sentido de vida, y es ver qué ese joven en últimas reconoce que puede identificarse así mismo como un ser valioso, que, si Dios permitió que estuviera en este mundo, es porque hay algo importante en el, que tiene un propósito. A través de la pedagogía crítica, que también tiene fundamento desde la espiritualidad, donde genera una reflexión profunda de lo valioso que es como ser humano, pero también puede identificar que hay unas necesidades de mejorar de manera evolutiva, de manera paulatina, a través de un proceso de interiorización, lo cual ha permitido que el joven se enamore de la necesidad de cambio, de creer que hay un ser superior que tiene el control de todo, que sus caminos tienen posibilidades, unas capacidades y que con la ayuda de Dios y un proyecto bien estructurado, desde unos niveles, desde unos componentes, desde una fase de atención, desde unos fundamentos, desde un enfoque humanista, desde los procesos críticos, reflexivos, reparadores y conciliadores, le va a permitir a él poder modificar un pensamiento, modificar una conducta.

Obviamente nuestra espiritualidad es el pilar de los procesos, pero siempre con fundamentos teóricos dados al cumplimiento de las finalidades propias de la sanción protectora, educativa y restaurativa, con esas características específicas y diferenciadas no solo en el tema constitucional legal, sino diferenciadas porque intentamos darle a cada joven una intervención conforme a las particularidades en su historia de vida, su tipología familiar, su estrato socioeconómico, a las cadenas generacionales lastimosas en las que se ha visto involucrada su familia, su red de apoyo a sus necesidades académicas, a sus necesidades vocacionales, a la posibilidad de entender el deporte y la cultura de una manera diferente dentro de un espacio netamente restaurativo.

RC: El sistema y en general la rama judicial ha venido haciendo atacada sistemáticamente. Se escuchan expresiones, por ejemplo, de personas que dicen, pero si ese joven tuvo la conciencia para cometer el delito, pues que tenga la conciencia para pagar una pena, ni siquiera hablan de sanción, sino una pena equilibrada con el daño causado, es decir, no entienden que la justicia juvenil que está creada en el mundo, es precisamente para para suplir esas falencias que los jóvenes no solamente tienen en su formación dada su impulsividad, sino igualmente por las carencias. Y yo doy ejemplos claros, yo digo, cuando el juez de Garantías aborda a ese muchacho en la audiencia de imputación y legalización de captura, ese joven llega absolutamente deteriorado en su aspecto físico, en su presentación personal, en su desarraigo familiar, en su forma incluso de hablar. Ya cuando a los jóvenes los aborda el internamiento preventivo, son jóvenes diferentes y cuando los abordan ustedes e inician los procesos educativos y restaurativos, y los vemos al año o al año y medio, a los dos años, son personas absolutamente distintas, hasta en su forma de hablar, naturalmente en su forma de vestir, en su forma de comportarse. Y, pues naturalmente aquí no podemos dar nombres, pero los ejemplos abundan de procesos absolutamente exitosos, satisfactorios, restaurativos y pedagógicos.

¿Cómo es ese primer contacto de ustedes con ellos? Porque hay muchos muchachos que aun estando en la medida de internamiento preventivo y cuando son remitidos al CAE, llegan con desconfianza. ¿Cómo se rompe esa desconfianza y cómo esos muchachos empiezan a involucrarse en términos absolutamente responsables de su proceso?

RTS: Sucede que sí lo que usted afirma es cierto, nuestros chicos, los jóvenes que ingresan al sistema, son el reflejo de las mismas carencias y vulneraciones propias que ha generado la misma sociedad, que no le ha garantizado unos mínimos en sus condiciones de vida, encontramos los jóvenes desescolarizados, jóvenes que no aceptan un no como respuesta, que no han tenido límites en sus hogares, que lamentablemente a falta de mamá y papá, pues como un dato especial la mayoría de los jóvenes que tenemos en el CAE, son de una tipología familia monoparental, materna, lo que conlleva a no entender de que algo está pasando, pues obviamente en esta sociedad identificamos un alto nivel de consumo desde los 9 y 10 años, y uno se pregunta, ¿bueno qué sucedió, porque desde tan temprana edad?, identificamos también que los progenitores en algún momento se han visto involucrados en acciones delictivas, esto a través de unas entrevistas estructuradas y semi estructuras que realizamos desde los conceptos iniciales de Psicología, trabajo social y pedagogía, y eso nos permiten a nosotros identificar cuál va a ser el trabajo específico y diferenciado con ese joven y se inicia un proceso de acogida.

Ya hablando propiamente del proceso, le puedo decir que después de 7 años buscando implementar lo que en documento y en letra está frente a los procesos pedagógicos, restaurativos e intervención especializada, aún a la fecha lo estamos materializando porque no ha sido fácil articular todo el tema de educación, el tema salud, el tema identificación, el tema restaurativo, el tema cultural, el tema vocacional, el emprendimiento y la creación de empresa, los procesos de intervención frente a una misma línea. Entonces, de allí que la Fundación revisa los errores y analiza a qué darle relevancia, será al deporte, será a la cultura, será a un enfoque restaurativo, será a la productividad, todo esto nos ha permitido concluir que los procesos se tienen que mirar de una manera integral.

El chico debe decidir después de un proceso de sensibilización, que quiere para su vida y tener un plus, tener una gama de posibilidades para que él escoja, que pueda desarrollar sus habilidades, que le permitamos entre todo el sistema y creo que puedo decirlo a voz llena, de que el sistema de responsabilidad penal para adolescentes en Santander es un sistema que se ha venido articulando, que gracias a personas como usted, como la doctora Adriana Contreras Acevedo, como la doctora Marta Torres, directora del ICBF, gracias a las demás instituciones como la Procuraduría, le permiten al CAE hoy en día garantizar unas condiciones mínimas a nuestros chicos; de ahí en adelante, lo hace a través de este modelo de atención, en un primer inicio acogida, posterior un proceso de reconocimiento, comprensión y reformulación, para su egresó y vida autónoma, con unos logros específicos desde cada una de las áreas, de todo un equipo interdisciplinario que trabajan a favor de nuestra población.

Algo importante y que no pueda dejar pasar, son los modelos de atención e inclusión social, estas experiencias que nos han permitido llevar a que el chico, antes de que egrese del programa, comience a resarcir el daño causado, comience a generar tejido social con algo básico, la limpieza de afluentes hídricos, la siembra o reforestación de parques, el trabajo con hogares geriátricos, con población vulnerable, llevar una comida a los migrantes, poder contribuir a esas víctimas indirectas que ellos en un principio no reconocían y que posterior a todo un proceso de intervención, son sensibles a poder resignificar su actuar ante la sociedad, que lamentablemente por falsos conceptos populares, se señala y se estigmatiza mucho a nuestra población.

RC: La presente edición de esta Revista Cúbica y, naturalmente el espacio de hoy de este podcast tiene que ver con la Educación como eje de Transformación Social, y usted ya nos ha venido señalando que generalmente estos muchachos llegan con muchas carencias académicas, educativas y también se conoce que hay muchachos ya profesionalizados con una técnica, con una actividad o carrera tecnológica y con su bachillerato, cómo hacen ustedes en ese proceso, para que estos muchachos lleguen tan lejos y en ese factor educativo que, igualmente también propicia inclusión social y es parte de lo que es el fin de este programa, decirles a muchas personas que tienen la oportunidad de hacerlo, que nos ayuden, cuando estos muchachos egresen y tengan la posibilidad de buscar una opción laboral. ¿Cómo es el proceso de profesionalización, de formación y el bachillerato de estos jóvenes?

RTS: En principio por ser la implementación del Decreto 2383 del 2015 el cual reglamenta la educación para el sistema de formación de nuestros chicos, a todos los jóvenes que ingresan desescolarizados se les hace una vinculación al sistema académico a través de un colegio privado de primero a grado once, hacemos a nuestros chicos unos procesos conforme a unos modelos educativos, con una malla curricular muy clara y concisa, contextualizada a las necesidades propias de la población; para aquellos jóvenes que tienen su bachillerato a través de alianzas como lo son, “Proyectos Sueños” por parte del ICBF, “Educación Futuro” del Sena y becas de los diferentes entes territoriales, nos permite decir con mucha tranquilidad y con mucho gozo en nuestro corazón de que tenemos ocho jóvenes estudiando todos en formación académica en bachillerato, tenemos ocho jóvenes estudiando carreras tecnológicas, siete estudiando carreras técnicas y cuatro estudiando carreras profesionales, entre estos últimos, dos estudian psicología, uno estudia derecho y otro salud ocupacional, lo cual para nosotros es un motivo de orgullo, orgullosos de poder brindarles una posibilidad a través de un esfuerzo articulado y mancomunado a estos jóvenes. Una sinergia que sé, que actualmente está dando frutos para que nuestros jóvenes entiendan que el camino es la educación.

Ahora bien, no podemos dejar a un lado, que por el ciclo de vida de nuestros jóvenes que ingresan siendo mayores y por el tema de los tiempos de sanción, en un 80% salen mayores de edad, esto nos ha invitado a nosotros como sistema, como programa, como Fundación a generar escenarios de formación en desarrollo humano a través de la formación vocacional, pre laboral y preparación para la vida productiva, entonces de manera transversal nuestros jóvenes que estén en noveno grado aprobado, comienza una formación vocacional en serigrafía, confección, ebanistería, panadería, tatuajes, barbería, pizzería y mecánica en motos. De esta manera ellos reciben unas herramientas vocacionales por sí en determinado caso, dada la finalización de su sanción o la modificación de la misma, tenga herramientas y así poder defenderse en su contexto.

RC: Claro que sí, ya hay proyectos exitosos, porque ustedes igualmente tienen pizzería, los muchachos preparan el pan que se consume en el establecimiento, tienen igualmente emprendimiento de masajes de espalda, manicure, ¿eso ya está funcionando de manera efectiva con instalaciones o instrumentos que ustedes han adecuado?

RTS: Sí, señor, insisto en dar gloria a Dios. El CAE Santander, el Centro de Atención Especializada, la Escuela de Formación Integral Los Robles, es el único CAE a nivel nacional que cuenta con tres centros de productividad abierto al público. Después de unos procesos de inclusión social que nos permitieron identificar las habilidades, las capacidades de nuestros adolescentes y jóvenes, y pues obviamente al respaldo de los despachos judiciales en cabeza de usted Dr. Luis José Arévalo, a quien agradecemos infinitamente por el apoyo brindado, por creer en nuestros jóvenes, por creer en los procesos productivos y restaurativos, han permitido que a partir de 2019 nuestro CAE tenga una pizzería abierta al público y atendida por nuestros jóvenes. Una pizza creada y generada por nuestros chicos. Chicos quienes en un principio utilizaban un cuchillo como un arma, como la forma de generar la comisión de un delito, pero que hoy es el instrumento principal para poder crear una pizza, para poder generarle la utilidad a un instrumento para lo cual fue hecho y entender de esa manera que sus manos no pueden volver a mancharse de sangre, sino que están orientadas a generar un beneficio no solo propio, sino para los demás.

De allí que nuestros jóvenes panaderos se capacitaran en pizzería y abrieran en el 2019 la primera pizzería abierta al público en un centro de atención especializado, sin embargo, esto motivó a otro grupo de líderes que vieron en la barbería la posibilidad de estructurar un proyecto de vida fuera de la ilegalidad y se crea el segundo centro de productividad en las mismas instalaciones del centro de atención especializado, un lugar que era utilizado para almacenar herramienta, lugar que estaba destruido, desecho, lleno de humedades, pero que con un poco de cariño e inversión, logramos adecuar y hoy fecha gracias a la ayuda del ICBF, a la ayuda de la Gobernación, a la rama judicial y a los apoyos que hemos recibido acá, a mediados del 2019 se logra abrir la barbería, el spa de uñas, abierto al público, donde se han beneficiado más de nueve jóvenes en la barbería y otros siete en la pizzería.

Nuestros chicos tienen sed de victoria, desean avanzar, ellos proponen, me piden de les permita innovar en algo como el tatuaje o el tema de del maquillaje sobre piel, una formación que actualmente tiene alta acogida a nivel nacional, es así como después de 8 meses podemos tener chicos tatuadores, atendiendo al público en especial a la comunidad de Piedecuesta, una comunidad que en un principio quería sacar el CAE de esta zona y ahora son los clientes número uno de nuestros jóvenes barberos, de nuestros chicos pizzeros, de nuestras niñas en el spa de uñas, de nuestros jóvenes que hacen tatuajes. Entonces, creo lo que está pasando en el CAE Santander es un gran ejemplo, somos punta de lanza en muchos procesos y lo que están haciendo nuestros jóvenes va a marcar una gran diferencia a nivel nacional y puedo decir que internacional también.

RC: Yo quiero que hablemos también, de una posibilidad muy hermosa que tiene la medida privativa de libertad en Santander y es la granja, un establecimiento absolutamente abierto, en donde los muchachos sí no están comprometidos consigo mismo, pueden cruzar una verja y salir fácilmente a su libertad, pero están tan convencidos de su proceso que, teniendo esa opción, no lo hacen. Hablemos un poquito de la granja y de todas las actividades que se desarrollan en ella, ese establecimiento que administra igualmente la Fundación.

RTS: La granja es un centro de atención especializado con mínimas medidas de seguridad, por no decir que nulas, es donde se encuentran los jóvenes en un proceso avanzado, ingresan de forma autónoma, porque los chicos entienden que inician no solo el cumplimiento de una sanción, sino que están iniciando un proceso de cambio después de un análisis, de un estudio de caso, donde se articulan los diferentes niveles del sistema, el joven tiene la posibilidad de estar en un sitio donde la autonomía es como el ente rector, igualmente tiene se le da la oportunidad a través de la cunicultura, la piscicultura y la formación agropecuaria, de explorar los diferentes aspectos del trabajo con seres vivos, del cuidado que representa el hecho de alimentar unos conejos, de alimentar unas codornices, unas gallinas ponedoras, unos pollos blancos, de cuidar y generar un ambiente diferente.

Pienso que todo el sistema tiene que apuntar hacia allá, no convertirlo en una utopía procesal frente a lo que quiere el sistema, lo que está en letra, lo que está en documento, se debe llevar a la realidad, a la práctica y la granja es el resultado, es poder hacer realidad todo lo que se plantea, los procesos pedagógicos y restaurativos, ver en los jóvenes la forma de su discurso, sus ademanes, la forma en que se expresan de y como se están formando, todo esto permite analizar y ver de manera más real y fidedigna los avances de un sistema. Se puede apreciar un gran cambio, jóvenes que ingresan desescolarizados, muy vulnerables a nivel integral, con una vida ligada y amparado en la comisión de delitos y que, gracias a un proceso en un determinado tiempo, cambian para bien, los vemos estudiando una formación profesional, lo vemos con un proyecto productivo, los vemos con una cuenta de ahorros, con un capital semilla que pueda invertir en sus proyectos, vemos unos jóvenes sensibles a la reparación simbólica de una víctima indirecta que es la sociedad, vemos unos procesos deportivos y culturales donde ellos se valoran, donde reconocen sus habilidades, no solo motrices sino actitudinales y además de eso le permiten a la familia entender que si se puede.

Hay un trabajo muy bonito, que se está iniciando en la granja y es que estamos invitando a las familias a que pasen un día en la granja, de manera que puedan ver cuál es la oferta institucional, que puedan ver cuál es el proceso de intervención y además de experimentar ese proceso, estamos comprometiendo a la familia, a que no permita que esta estructura, a que este tipo de intervención no se pierda una vez el joven egrese de esta formación; porque nos preocupa enormemente las condiciones en que se va a recibir a nuestros jóvenes, por la falta de garantías, por la falta de oportunidades laborales, por la falta de seguimiento y la peligrosa posibilidad de que se activen estos factores de riesgo, que pueden ser determinantes en la reiteración de conductas delictivas de nuestros jóvenes.

RC: Bueno, yo pienso que eso es una muy buena conclusión de la necesidad de este programa que pretende llegar y sensibilizar a la sociedad frente a las oportunidades que estos muchachos deben tener en su egreso. Yo simplemente terminando ya la charla, resumo que, en mis decisiones judiciales cuando por las circunstancias del joven tengo que privarlo de la libertad y cuando su representante legal, que realmente es su madre, se encuentra muy afectada con esta situación, debo decirle a ella, mire señora, su hijo va a estar bien, él va a entrar a un colegio estrato siete en donde usted no va a tener que pasar nada, pero sí él asume el compromiso de cambiar y usted le ayuda a en ese cambio, la institución se lo va a permitir, porque allí hay actividades lúdicas, culturales, académicas, deportivas, de emprendimiento, espirituales, de formación laboral y profesional.

Frente a la corresponsabilidad de nuestra sociedad, ¿que nos falta para que estos muchachos, como usted lo señala, no se vean frustrados una vez hagan un proceso de cuatro, de cinco años de un programa restaurativo, formativo y que vuelvan a encontrarse con una sociedad que no atiende sus justas aspiraciones?

RTS: En el análisis que hemos podido realizar y en el seguimiento que estamos haciendo a nuestros egresados, hemos identificado varios factores de riesgo que permiten asegurar que, la familia debe protagonizar de manera paulatina un proceso importante, frente a poder establecer unas normas, procesos, procedimientos al interior del hogar que mitiguen el riesgo de reincidencia. Por todos los inconvenientes que nuestros jóvenes enfrentan, no solo a nivel personal, sino nivel contextual, por todo lo que representa el consumo, sea sicoactivas o la vida delincuencial, es necesario que nuestros jóvenes busquen la manera de llegar a nuevos contextos.

La puesta en marcha de nuestros egresados es importantísima y yo creo que es fundamental para ellos, que, insisto, salen siendo mayores de edad, es tener opciones laborales reales, es tener la posibilidad de hacer un seguimiento pos egreso pero con herramientas, pues conocemos la realidad, sabemos que sus familias, o los contextos, o los núcleos a donde llegan no les van a poder continuar dando unas garantías mínimas para su manutención, para su bienestar, para la continuidad de la formación académica, para el buen aprovechamiento del tiempo libre. Entonces, de esta manera es necesario entre todos buscar y combinar no solo a las instituciones privadas públicas, de que se tenga en cuenta unos cupos mínimos para que nuestros jóvenes egresados puedan comenzar a laborar; para nosotros es motivo de orgullo saber que tenemos uno de nuestros primeros jóvenes ya como funcionario público, ya está trabajando y hace parte de una realidad de grupo de funcionarios de la secretaría del interior de la Gobernación de Santander, me reservo su nombre, pero hace aproximadamente un mes viene trabajando con ellos y que bueno sería que no fuera solo uno, que gratificante sería, que tuviéramos la posibilidad de que todas las entidades intervinientes en el sistema convergieran en esa misma finalidad, en ese mismo propósito que es transformar vidas, que pudiésemos con la mano en el corazón, buscar herramientas laborales reales para nuestros jóvenes.

RC: Yo he insistido mucho en el comité del sistema a nivel departamental, de que las entidades públicas como primeros respondientes deberían brindar esas oportunidades laborales, por lo menos para que sea la primera experiencia y así los jóvenes adquieran esa habilidad para entrar en el sector laboral. Igualmente, este programa tiende a la invitación a los industriales, a los comerciantes, las personas que hacen emprendimiento en nuestra ciudad, Bucaramanga y en su entorno, para que apoyen a estos muchachos. Muy posiblemente a través de los instrumentos con que cuenta la Fundación Familia Entorno Individuo, ustedes pueden conocer que son muchachos de absoluta confiabilidad, no solamente en el proceso formativo, sino en el proceso restaurativo.

Creo que los objetivos del programa se han cumplido. Raúl, muchas gracias de verdad, por todo lo que hace por los jóvenes de Santander, que por alguna circunstancia llegan al sistema. Agradezco su mensaje final para nuestros oyentes y nuestros lectores.

RTS: Debo agradecerle a Usted por la invitación, creo que estos escenarios de participación son supremamente importantes para sensibilizar a la comunidad en general, de que nuestros chicos son maravillosas personas, lastimosamente se vieron envueltos en situaciones y circunstancias complicadas que forman parte de su historia, lo cual muestra que les ha tocado una vida complicada, fuerte, han sido directamente afectados por diferentes situaciones, pero que han encontrado en el sistema la posibilidad de transformar sus vidas y, por qué no, la de su generación.

Y pienso que, si le ponemos un poco más de atención a nuestros adolescentes y jóvenes, podemos lograr impactar de manera real en la transformación de ellos, en su pensamiento, lograremos establecer un cambio generacional y liberar a su descendencia de las situaciones complicadas a las cuales estaría ligada. La invitación es a toda la sociedad, a que creamos en nuestros jóvenes, así como como lo hace usted, doctor Arévalo. Nuevamente exaltar su postura, siempre restaurativa, nunca retributiva, ni punitiva, frente a la visión del sistema y eso es algo de exaltar en diferentes espacios.

A todos los demás, invitarlos a que nos den la oportunidad de conocer a nuestros jóvenes, la oportunidad de conocer las maravillosas personas que tenemos y los avances a nivel del sistema de responsabilidad penal para adolescentes, que estoy seguro, van a marcar un precedente, y van a ser motivo de inspiración no solo en los diferentes departamentos de Colombia, sino porque no a nivel internacional.

Muchas gracias, doctor por la invitación, Dios lo bendiga grandemente y que toda la honra y la gloria siempre sea para Dios.

RC: De nuevo, muchas gracias Raúl. Igualmente, muchas gracias a nuestros oyentes del podcast “Vidas al servicio de la humanidad” y los lectores de la Revista Cúbica.

Ahí está la invitación, a apoyar estos procesos de los jóvenes que hoy han materializado la culminación de sus estudios, de sus procesos restaurativos y que cuentan con herramientas para seguir trabajando por nuestra sociedad.

IMPACTO DE LA EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD

IMPACTO DE LA EDUCACIÓN EN LA SOCIEDAD

Por: Ramiro Alberto Henao Calderón

“La paideia, no era sólo “crianza física”, sino el más alto ideal educativo de los griegos: enseñanza del honor y el respeto; cualidades morales y éticas; amonestación educadora, consejo constante y guía espiritual; así como formación del hombre mediante el cuidado de un hombre ya formado.”
César García García

Mucho se ha dicho acerca de la importancia de la educación y su influencia en la sociedad desde la paideia griega, hasta estos tiempos de la primera pandemia del siglo XXI.

Tal vez algunos rasgos distintivos del término paideia como crianza, formación integral, educación de la niñez, instrucción, cultura del espíritu, conocimiento de las artes liberales, transmisión de valores, configuración del sujeto educativo, darían pie para un tratado al respecto de lo que pretendían los antiguos griegos y qué, de esas formas iniciales, asumimos en nuestro contexto.

Desde tantas aristas que el tema provee, hay elementos que pueden ayudar a observar algunos criterios para la comprensión de las adaptaciones que la educación ha hecho a nivel general, con excepción de algunas líneas de fuga, aparecidas por del cansancio que produce asumir que ciertos modelos educativos, al menos en nuestro territorio, constituyen, conforman o se adaptan a una educación basada en el modelo económico imperante.

Lo anterior se refiere a que el tipo de individuo que requiere el sistema económico, se forma en la escuela y aunque las políticas educativas estructuren un discurso hacia la conformación de valores sociales democráticos y equitativos, es el sistema económico el que ha movido a la sociedad a adoptar un modelo impuesto por quienes elaboran dichas políticas según el tipo de ciudadano y, en este caso de trabajador, que requieren para sus propósitos, la mayoría de las veces sin tener en cuenta la participación en esas decisiones de quienes conforman la base de la estructura educativa: estudiantes, padres y maestros.

Así mismo el tipo de maestro, métodos, técnicas, dotación y hasta locaciones que requieren para determinado propósito económico, se diseña sobre la base en unos dispositivos prefabricados que puedan apuntar a formar el ciudadano que requiere el entorno, para el cual se aplican estrategias educativas, que en últimas, responden a constituir un tipo de trabajador para el futuro inmediato. Un ejemplo no despreciable está en comparar la estructura física de diferentes instituciones educativas creadas a principios del siglo XX con las del inicio de la segunda mitad del mismo siglo. Las primeras, dan cuenta de la estructura vertical de autoridad del maestro subido en un pedestal, con diseño tipo panóptico, con aulas semejantes en su dotación y un patio de recreo, donde, desde cualquier rincón se podía estar observando al estudiante, por citar sólo algunas características útiles para una educación academicista, basada en la autoridad del maestro como poseedor del conocimiento y muchas veces, de la guía diseñada con contenidos pre elaborados.

Y las segundas, no muy diferentes en las aulas de clase y patios de recreo, pero dotadas en un buen número de casos, por talleres en donde se instruye a los estudiantes en las técnicas directamente relacionadas con las formas de producción y de trabajo industriales, en las que un oficio se convertía en parte importante de la formación de los estudiantes que harían parte de la fábrica, la empresa y otros formas de trabajo propios de la época, en la que se formaban individuos capaces de seguir instrucciones, leer el manual de operaciones de una máquina o aprender un reglamento de trabajo.

La comparación del aspecto físico de las construcciones educativas son una referencia a elementos que, observados detenidamente, se posicionan en una educación que se vincula con lo que los individuos van a desempeñar más adelante en su contexto. Otros momentos en la educación del país han evolucionado de acuerdo a como avanza la tecnología, superando estas etapas donde la sola industrialización se bastaba a sí misma con el taller de mecánica, costura, torno, mecanografía, contabilidad, secretariado, electricidad y otras artes y oficios que fueron reemplazados por algunas áreas más sofisticadas, en las que el conocimiento no sólo está en el aula de clase, sino en recursos como plataformas de internet, bases de datos, velocidad de la comunicación, redes sociales, software, hardware, con el respectivo uso de equipos como computadoras personales, tabletas, smartphones, etc.

Estos elementos tecnológicos de última generación, ayudaron a que la globalización rompiera las fronteras y se estableciera una economía en la que todos cupieran, consumieran e interactuaran en tiempo real, sin importar las brechas cada vez más grandes desde el punto de vista social. Menos ricos, más pobres, pero todos consumiendo. Más comunicados, pero menos sensibles. Si sólo se reconociera, que detrás de cada pantalla hay un ser humano, pero la mayoría de las veces se evidencia no reconocer al otro detrás de una pantalla y esto también empobrece el espíritu humano. Retomando el ejemplo anterior sobre las plantas físicas, las escuelas volvieron a cambiar o intentan adaptarse; sería demasiado obvio mencionar los cambios en las aulas de clase y las materias de estudio que también han provocado la desaparición de muchas asignaturas y talleres que sirvieron al modelo económico anterior. Parece reiterativo, pero hasta aquí la escuela no transforma, simplemente reproduce lo que un sistema económico se propone, de tal manera que la educación se vuelve una pieza en ese engranaje.

Los seguidores de la educación popular afirman que “la educación de los pobres no puede ser una pobre educación” y ésta es una idea fuerza para la reflexión sobre el impacto de la educación en la sociedad actual. Si Colombia, uno de los países más inequitativos del mundo, proyecta una educación basada en un modelo económico inequitativo, la conclusión de este artículo estaría resuelta. El impacto de la educación en la sociedad sería una consecuencia de reproducir la inequidad.

Puede ilustrarse con muchos ejemplos cómo se manifiesta esa forma de educación y cómo se relaciona con el ingrediente económico, sólo basta pasar la vista por los periódicos o ver algunos noticieros para evidenciar el manejo que algunos grupos económicos han dado a los contratos de construcción y adecuación de las plantas físicas de los colegios durante la pandemia, el manejo que se le ha dado en algunas regiones a la alimentación escolar de los menos favorecidos, o el destino de muchos recursos en educación tecnológica, por mencionar algunos de los más relevantes casos de inequidad y falta de autoridad, para castigar el desvío de recursos de la educación de los menores en Colombia.

Qué tipo de ciudadanos se forman en medio de un estado de cosas como éste, cuál será el impacto en la vida de esos menores y a su vez en su familia, célula de la sociedad?. Esa lógica ya es aberrante y poco transformadora, no coincide con los valores de una educación a los que debería acceder todo niño y todo joven en nuestro país por derecho propio y constitucional. Es un daño enorme a la sociedad hecho por personas que son producto del mismo sistema educativo. Esto produce un impacto en la sociedad que aumenta la injusticia y el desconocimiento de derechos.

Pero no es allí a donde se pretende llegar solamente. También hay que volver la mirada al acto educativo, a lo que sucede en las aulas de clase. Cómo siendo la educación un servicio público prestado de dos maneras, oficial y no oficial, se hace evidente que la garantía de equidad se vuelva a romper por las brechas sociales, producto de la diferencia en las condiciones y las oportunidades de quienes son sujetos de educación?. Cómo es que existe una educación diferente entre estratos socioeconómicos, habiendo una ley general para todos y unos lineamientos curriculares para la educación inicial, básica y media igual para todos?. Cómo es posible que quienes tienen acceso a educación privada (no oficial), en la mayoría de los casos, resuelven de manera distinta el acceso a otros niveles de educación y al mundo laboral por los medios proporcionados, que se traducen en mejores oportunidades para los graduados en las instituciones educativas no oficiales?. Ejemplo de ello es el posicionamiento en las pruebas Saber, indicador de calidad educativa, en el que la educación oficial, al ser confrontada con la educación no oficial, se ve en desventaja. Esto también impacta a la sociedad.

Al preguntarse por qué teniendo el mismo currículo, los resultados no se dan en la educación oficial, la respuesta tendría que estar en observar las oportunidades que un niño o un joven tiene en una y en otra, en la educación oficial (impartida por el Estado) y la no oficial (impartida por particulares). No se trata de confrontar el carácter de la educación dependiendo de quién la imparte, pero sí, de reconocer que siendo el mismo sujeto de educación, las condiciones y los propósitos deben ser provistos de iguales oportunidades en temas como tiempo real de clases, seguimiento a carencias educativas, recreación, soporte tecnológico, formación de los educadores, tiempo dentro del sistema educativo, alimentación, acceso a bibliotecas, salud, movilidad, etc. Algo en ese sentido tiene que cambiar, para ofrecer a todos los menores igual cumplimiento de sus derechos. Esto también tiene un impacto social.

Transformar la sociedad a través de la educación, está en la mente de todos los grupos humanos, pero sin procesos educativos equitativos en la vida escolar de los menores en Colombia es una utopía, pero ahí está el reto. Todo el sistema tendría que movilizar sus recursos económicos y humanos, para que la calidad educativa, no parta sólo de la medición de contenidos a través de pruebas externas o de la medición de eficiencia en el cumplimiento de políticas, que van dirigidas a hacer de la gestión educativa la fracción de un estado eficaz, en términos del cumplimiento de lo que se contrata para cumplir con dichas políticas, por citar sólo dos factores. No hay duda que eso hace parte de lo que se necesita para retar al sistema educativo, pero más allá, se requiere un sentido de humanidad más profundo que toca al niño, al joven, a su familia, a su entorno y desde allí a la sociedad misma.

Quizás un volver a los inicios, a la paideia griega, a revisar el sentido de la educación, para que sea desde la escuela donde se pueda transformar realmente la sociedad. Si a través de la educación el individuo logra transformarse a sí mismo, se hace capaz de trasformar elementos de su entorno y con ello transformar su propia realidad, la consecuencia de ello tendría que ser la transformación de la sociedad.

Puede concluirse que una educación que pretende solamente sostener el modelo económico, formando individuos para introducirlos en un sistema consumista, riñe con una educación para trasformar el modelo económico y hacerlo más equitativo desde otros valores como la justicia, la honestidad, la felicidad, el respeto propio y de lo público, la prudencia en un mundo con menos distancia virtual de los otros y mayor distancia presencial, valores que satisficieran la vida querida por quien crece como ciudadano en nuestro territorio. Es necesario que haya más niños y jóvenes excelentes sin tener que comparar sólo, cuántos contenidos ha incorporado académicamente o qué propósitos económicos desee su familia o su Estado para él. Excelentes porque decidieron cambiar y adaptarse por sí mismos -nadie aprende por otro, ni aprende en contra de su voluntad- y, si pueden transformarse en libertad, transformarán la sociedad. No es sólo el ideal de sujeto que se quiere formar, es el ideal educativo el que impacta la sociedad.

Ramiro Alberto Henao Calderón
Santiago de Chile, 1 de octubre de 2021

LA EDUCACIÓN Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL CONCEBIDA DESDE LA UNIDAD PEDAGÓGICA BILINGÜE PIERRE DE FERMAT

LA EDUCACIÓN Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL CONCEBIDA DESDE LA UNIDAD PEDAGÓGICA BILINGÜE PIERRE DE FERMAT

Por: Nelson Antonio Carreño Meneses, Sonia Patricia Cáceres Cortes, Astrid Domínguez García

“La educación es la base de la buena moral y del sistema representativo. La generación que se levanta mejorada por la educación primaria, sabrá reconocer sus deberes y sus derechos, podrá elegir un género de industria y desempeñarlo con mediana inteligencia, respetará la moral pública, y la practicará, dará buenos ciudadanos, buenos padres de familia, buenos pastores espirituales y buenos magistrados”
General Santander
(La Nueva Granada al empezar el año de 1986)

La educación es el camino viable y loable para la solución de factores estructurales que condicionan el caminar de la población, entre ellos, la pobreza , las desigualdades y la mala distribución del ingreso, las guerras civiles y los conflictos internos, la compleja geografía, la fragmentación y organización política, la precaria infraestructura de transporte, las deficientes instituciones y la relación Iglesia-Estado, incidieron para que Colombia a finales del siglo diecinueve contara no solamente con uno de los niveles educativos más bajos del continente, sino con un escaso nivel de desarrollo económico (Ramirez, 2007). De igual forma, durante la primera mitad del siglo xx en Colombia, la educación se caracterizó por la baja tasa de escolaridad, la falta de maestros y su escasa o nula preparación, una alta tasa de analfabetismo, la poca inversión y prioridad en los diferentes gobiernos, la influencia de la iglesia católica, la preponderancia de la educación privada (fundamentalmente en la secundaria) y la oscilación entre las políticas y reformas educativas descentralistas y centralistas (Carreño, 2007).

Del mismo modo, todo el trasegar educativo en Colombia, con el pasar de los años, ha mostrado una transformación global de la calidad, en donde obliga directa o indirectamente al gobierno y las diferentes instituciones educativas, a replantear sus políticas, oferta y funcionamiento con el fin de adaptarse y expandirse hacia la internacionalización.
La calidad educativa en las diferentes instituciones, es la apuesta perfecta para solventar las necesidades de una sociedad, una región o de un sistema educativo que busca igualdad, resiliencia y equidad. De igual importancia, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, directamente en educación de calidad, nos indica que la educación permite la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para salir de la pobreza (UNIDAS, 2020).

El Estado asume un gran reto de velar por la calidad educativa en las diferentes instituciones, su cumplimiento en los objetivos y la formación moral, intelectual y física de cada uno de sus estudiantes, es decir, cuidará e inspeccionará que el sistema educativo siempre cuente con el fortalecimiento en los procesos de calidad de los colegios públicos y privados, para que el servicio cumpla con la satisfacción de la población a la que se va atender. La ley general de Educación (Ley 115) direcciona los procesos hacia la integridad, vinculando elementos tales como la participación, la paz, los derechos humanos y la democracia, resaltando que la educación es un derecho y por tanto, un servicio público.

Dentro de las políticas públicas, el Estado colombiano ha vinculado en sus diferentes planes de desarrollo a la Educación, direccionado al cumplimiento de metas políticas diversas. La política educativa es la materialización del vínculo o contacto entre el Estado y la población en general. Algunos ejemplos a mencionar son: en el Plan de Desarrollo del expresidente César Gaviria entre los años 1990 a 1994, el Plan Sectorial de Educación se denominó “Apertura Educativa”, y en éste se concibe la educación en estrecha relación con la acumulación de capital humano y el mejoramiento de la capacidad de productividad del sistema económico.

Considera que la educación ha tenido en cobertura avances importantes, pero no suficientes, y aduce como causa la falta de eficiencia interna de la escuela, reflejada en el alto índice de deserción, una alta tasa de repitencia –a pesar de la promoción automática– y la baja calidad de la educación, reflejada en los bajos niveles de logro académico y de las pruebas del Estado (Carreño, 2007).

Así mismo, entre los años 1994 a 1998, dentro del Plan de Desarrollo del expresidente Ernesto Samper, En el tema educativo se denominó al plan sectorial “El Salto Educativo y Cultural”. En él se sustenta la educación como pieza fundamental del desarrollo humano sostenible y se propone que contribuya a la formación de un nuevo ciudadano participativo y tolerante, capaz de interpretar los códigos de la modernidad. También afirma el Plan que la educación debe extenderse más allá de las aulas, a oportunidades diversas para el desarrollo integral de las personas, la construcción de una ética civil, la promoción de valores que privilegien un enfoque de género y que se vincule intrínsecamente a la cultura (Carreño, 2007).
De igual forma, entre los años 2002 a 2006, dentro del Plan de Desarrollo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, la revolución educativa concibe la educación como un factor del desarrollo humano, social y económico y como un instrumento para construir la equidad social. Al analizar la situación, se observa que, a pesar del crecimiento en cobertura, ésta aún es insuficiente, y que persisten las desigualdades, la elevada tasa de repitencia y deserción escolar especialmente en el primer grado de primaria, el crecimiento moderado e insuficiente de la cobertura en educación superior y la inequidad en el acceso, la baja calidad de la educación básica y media, el aumento de la brecha entre educación pública y privada, la falta de coordinación entre entidades, la duplicidad de funciones, la inflexibilidad y el diseño institucional ineficiente (Carreño, 2007).

De la misma manera, en Barrancabermeja (Santander), luego del estudio realizado por la actual administración en su plan de desarrollo, se menciona que existe una tasa de analfabetismo en personas de 15 años. Además, el Distrito Especial a corte del 19 noviembre de 2019 cuenta con 22 establecimientos educativos oficiales y 87 colegios privados que brindan educación en preescolar, primaria, secundaria, media y bachillerato semestralizado (Eljach, 2020-2023). Es importante resaltar, de lo anterior, en su política pública educativa, que los aspectos más relevantes de las directrices ministeriales y presidenciales están alrededor de los macro procesos educativos como lo son: Calidad Educativa, Cobertura Educativa, Talento Humano y atención al ciudadano; de manera más explícita encontramos la referencia hacia la prestación del servicio educativo, la creación del fondo solidario para la educación, deserción escolar, calendario académico, programa de alimentación escolar, pruebas saber, educación inicial, uso de tecnologías, planeación pedagógica, entre otros (Eljach, 2020-2023). En este sentido, se asume a la educación como el fundamento para la transformación del Distrito Especial.

Un resultado académico de calidad e integral, siempre debe ser medido por estándares o lineamientos que lo fundamenten y lo corroboren, para determinar significativamente sus respectivos potenciales logrando diferenciarse en el entorno. A raíz de lo anterior, una institución educativa y más de índole privada, siempre buscará tener una planta docente acorde con el tipo de población estudiantil que se va a atender, es decir, la calidad de sus procesos en gran parte está medida por la calidad de los docentes, analizando aspectos como: selección, formación y evaluación de los mismos, direccionados al cumplimiento de las estrategias institucionales junto con su proyecto educativo institucional, buscando promover unas mejores condiciones de desarrollo social y económico de la población, como al mismo tiempo, que los educandos desarrollen competencias básicas, profesionales y ciudadanas que les posibilite su interacción en la sociedad nacional e internacional.

Una institución privada debe tener como fin, la necesidad de satisfacer a los clientes internos y externos mediante el cumplimiento de los requerimientos legales, normativos aplicables y los definidos por la comunidad educativa (UPBPF, 2021). Lo que se busca es el mejoramiento de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, tanto de sus métodos y didácticas en la educación de calidad.

Además, una educación de calidad es aquella que forma mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus deberes y conviven en paz. Una educación que genera oportunidades legítimas de progreso y prosperidad para ellos y para el país (Osorio & Univio, 2017). Los actores principales, dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, corresponden al estudiante, la institución y al docente, siendo el estudiante el sujeto en constante formación, en construcción de ciudadanía, ante las exigencias de una sociedad cambiante. La educación es una oportunidad que encierra el potencial de transformar las vidas (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, 2020).

Actualmente, la educación, fuertemente apoyada por la tecnología, producto de la pandemia (SARS-COV-2) en que nos encontramos, ha reestructurado procesos, metas, objetivos, sostenibilidad y demás. Ante este suceso, se tomó como medida el cierre de las escuelas como medida de emergencia, afectando directamente al 89% de la población estudiantil en todo el mundo (UNESCO, 2020). En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han adoptado ante la crisis, se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, lo que ha dado origen a tres campos de acción principales: el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas y la atención a la salud y el bienestar integral de los estudiantes (CEPAL-UNESCO, 2020). Más aún, la segregación escolar no sólo afecta la oportunidad a la educación, sino que también impacta fuertemente en el proceso del aprendizaje. Al igual que en otros países, en Colombia, una de las primeras decisiones del gobierno nacional fue interrumpir las clases presenciales para los estudiantes de colegios públicos y privados, despejando una situación que ya de hecho preocupaba: el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicación identificaba que el 53% de los hogares en Colombia no tenía conexión a internet (MinTic, 2020).

El análisis sobre la docencia mediada por las tecnologías en época de pandemia, presenta un referente más allá del proceso formativo, pedagógico y didáctico que rige todo sistema educativo, para trascender a la percepción de uno de los principales actores que hacen viable y son corresponsables de la calidad educativa, el docente, quien de forma interrelacionada con las TIC y con la orientación y el soporte de las políticas públicas, han contribuido a minimizar los riesgos generados por la COVID-19 (Inciarte, Paredes, & Zambrano, 2020). No es desconocimiento que gran parte de la población estudiantil no cuenta con las herramientas necesarias para la implementación de una educación virtual. Es de resaltar que, desde la educación privada, la perspectiva de calidad educativa para ofrecer el servicio ante la situación presentada, un factor determinante son las indicaciones a las capacidades de los docentes en el direccionamiento de sus acciones desde su responsabilidad y el compromiso de formar a los educandos ante esta crisis sanitaria, en formar a la generación que busca un desarrollo sostenible. En palabras de Paulo Freire, es claro al mencionar que somos seres de transformación y no adaptación.

No obstante, cuando una institución educativa no cuenta con los recursos suficientes, o cuando por causa de una situación externa afecta lo interno, se produce inmediatamente la crisis estructura de la apuesta educativa, desde el año anterior, la pandemia y su efecto unilateral, conlleva al cierre de la misma, por la falta de recursos para su sostenibilidad. Es fuerte la situación al determinar que un estudiante de colegio, estudie y reciba sus clases desde una pantalla y los recursos económicos no alcanzan para solventar las necesidades internas.

Desde el punto de vista pedagógico, la virtualidad supone el riesgo de pérdida del vínculo presencial y puede generar tensiones por la sobreexposición de docentes y estudiantes, o por las dificultades para mantener la relación y la mediación pedagógicas. Esto es especialmente cierto en los niveles iniciales de educación, en particular en el preescolar y el primario, en los que se requiere un trabajo coordinado con padres, madres o cuidadores para el acompañamiento y la mediación de los procesos de niños y niñas (CEPAL-UNESCO, 2020).

Aunado a esto, siendo igualmente vital, el aporte de las diferentes administraciones gubernamentales, es a generar oportunidades dentro de las situaciones reales: la evolución de cultura en cada región. La cultura se caracteriza por su modo de transmisión que designamos como tradición. La tradición se define como aquello que del pasado persiste en el presente o que es transmitido, sobrevive activamente y es aceptada por aquellos que la reciben y que, en el curso de las generaciones, la transmiten (Warnier, 2001). Es entender cómo desde lo cultural se pueden establecer criterios, junto con la calidad educativa, de transversalización de programas, o, la transformación curricular en pos de la construcción integral en los educandos y comunidad en general. Las prácticas artísticas, como ejes centrales y parte activa de los procesos educativos, permiten que desde el intercambio cultural y la construcción comunitaria de saberes, se fortalezcan los procesos de aprendizaje y de creación.

Así, las personas no solamente disfrutan de la experiencia sensorial que les brinda el arte, sino que se convierten en actores activos de estas prácticas y conocedores de los diferentes lenguajes expresivos de las artes. Es decir, el arte, a través de la educación, se constituye como un espacio de desarrollo de la persona y se erige como un derecho de todos los ciudadanos (Mincultura, 2021).

De lo anterior se desprende, desde la integralidad del formando, varios aspectos a relacionar en este momento. Con la música, el estudiante, se dispone a articular sus pensamientos, sentimientos, emociones, indirecta o directamente comienza a crear espacios de imaginación, creación de palabras, tiene la capacidad de comprender los códigos lingüísticos de su propia cultura, estableciendo una armonía con su entorno. Según Gardner (2011:2018-2019), “la inteligencia musical se ubica dentro de las inteligencias de las bellas artes: musical, espacial y corporal kinestésicas, donde la musical, es la capacidad que tiene una persona para percibir, transformar, las formas musicales”. Además, consideró que “existe una armonía entre la mente y el cuerpo, donde la mente está entrenada para usar el cuerpo correctamente y el cuerpo está preparado para responder dominantemente sobre la mente” (Guerra, Zuluaga, & Saravia, 2018).

Por otra parte, de los innumerables retos que todo educador o institución tiene, es la de generar una educación con cambios en la sociedad, formando estudiantes con capacidades críticas, creativos e innovadores. Dentro de las políticas públicas educativas es interesante resaltar la vinculación del deporte en el proceso integral. En una institución educativa, la educación física sirve para desarrollar habilidades sociales, motrices y de condición física orientadas a la salud. Los aprendizajes deben tener conexión con el saber hacer que se debe dar en contextos reales y destacar la funcionalidad de los aprendizajes mediante el contexto, lo cual implica que lo aprendido debe tener utilidad práctica (Bernate, Fonseca, & Betancourt, 2020).

En suma, una educación dispuesta a la transformación social, es una educación que busca los mecanismos necesarios para la construcción de nuevos agentes de la sociedad con enormes capacidades humanas e intelectuales. Cuando una política de calidad se enfrenta a diversas situaciones de crisis se evidencia el talante o la firmeza de la estructura actual. Quizás para algunas instituciones al implementar la tecnología por la pandemia se ha convertido en una odisea, puede ser que para otras sea el impulso de mejoramiento continuo en sus procesos buscando siempre el bienestar de la población a la cual se desea atender, siendo una ventana a la población. El reto educativo está en proporcionar al educando un ambiente virtual de aprendizaje que posibilite una evolución de dichas cualidades hacia una construcción integral de sus saberes (Gutierrez & Espinel, 2021).

Se convierte en una herramienta fundamental, la ejecución de estrategias que busquen la implementación o respuestas de una institución educativa ante la situación que se presente a toda su comunidad, porque los retos siempre estarán presentes para buscar el beneficio de las partes. Con todo lo que hemos vivido, edificado, construido, modificado y ajustado, todas las herramientas didácticas y tecnológicas deben seguirse implementando y evolucionando, dado que la nueva realidad mundial demanda cambiar la percepción tradicional de la educación, optando por mecanismos flexibles, promotores de los valores, privilegiando los procesos de pensamiento reflexivo, crítico, creativo y con actitud investigativa, y con un propósito: Educar para la excelencia y educar en valores.

Contribuir a la formación integral del ser humano, es una tarea ardua pero gratificante. Por tanto, integrar los valores al aprendizaje de manera intencionada y consciente, significa no sólo pensar en el contenido como conocimientos y habilidades, sino en la relación que ellos poseen con los valores. Los valores se identifican con cualquier objeto material o espiritual (o sea, productos tangibles, cualidades de la personalidad, concepciones, sentimientos…) que, al satisfacer una necesidad humana, son interiorizados y aprehendidos a través de su propia experiencia vital, esto da un sentido personal a las significaciones del mundo exterior a él (Arana & Batista, 1999).

En nuestra población actual, con los innumerables comportamientos o reacciones de la población, deben concretarse los valores fundamentales para los constantes cambios o desafíos a los que se enfrentan, es decir, es importante adoptar o encaminar posturas frente a los cambios drásticos que tiene la población, especialmente, la juvenil, comprendiendo que, es de suma importancia la existencia de un patrón u orientación de los valores desde temprana edad, especialmente en los tiempos de colegio para alcanzar o lograr grandes resultados personales y comunitarios. Existe lo que Edgar Morin llama “un sentimiento generalizado de asfixia ética”. Si bien es cierto que los valores en crisis no son sólo los éticos, la ausencia o carencia de éstos, así como también de los valores ciudadanos, es lo que más preocupa, porque ataca a la misma posibilidad de la convivencia social y política, o lo que se ha llamado “el contrato social”. Thomas Hobbes decía, a mediados del siglo XVII, que la violencia “la guerra de todos contra todos” hace imposible tanto la convivencia como la vida individual. Hoy podemos atribuir la misma responsabilidad a la corrupción moral y a la falta o no vivencia de valores (Benitez, 2009).

En efecto, la importancia que tienen los valores éticos, hoy día, es que nos ayudan a forjar el carácter a partir de la impronta natural con la que se llega a este mundo, el ser humano cargado de orientaciones, entre lo bueno y lo malo, debe considerar la posibilidad de actuar con sapiencia en los diferentes acontecimientos que la misma vida le presenta. El manejar una sana convivencia en cualquier lugar presente, dirigirá sus criterios sólidos a la construcción del proyecto de vida, a la formación de ciudadanos transformadores de la sociedad, a la búsqueda incansable de la paz, convirtiéndolos en agentes con acciones de justicia, en otras palabras, los valores aportan a la formación del carácter de la persona, soñadora e inquieta, quien debe buscar incansablemente la felicidad y el crecimiento personal y/o familiar.

La propuesta de la Unidad Pedagógica Bilingüe Pierre de Fermat, retoma los principales objetivos de la evolución que la educación en Colombia ha tenido, enfatizando en la función social y educativa con una visión clara de los valores, apostándole a la jornada única, el bilingüismo, el arte, el deporte, la cultura, la música y el buen desempeño académico, forjando en cada estudiante una idea de emprendimiento, con un proyecto de vida claro, que los lleve a integrarse y ser parte de una comunidad con todo el bagaje que se fundamentó en el proceso de formación. Así con 34 años de experiencia en este camino, el nombre del Pierre de Fermat se consolida en nuestro Distrito Especial y Nación como un proyecto destacado, acorde con el desarrollo y crecimiento del entorno en el marco del centenario de nuestro Distrito Especial.

Bibliografía
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Benitez, J. S. (2009). Edgar Morin (2006) El Método 6 Ética. Tiempo de Educar, 243-257.
Bernate, J., Fonseca, I., & Betancourt, M. (2020). Impacto de la actividad física y la práctica deportiva en el contexto social de la educación superior. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7243345.
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Warnier, J. P. (2001). La Mundialización de la Cultura. Quito-Ecuador: Ediciones Abya-Yala.

“LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY MEDIADORA DE PAZ DESDE LO EDUCATIVO EN LA REGIÓN DEL MAGDALENA MEDIO”

“LA ESCUELA NORMAL SUPERIOR CRISTO REY MEDIADORA DE PAZ DESDE LO EDUCATIVO EN LA REGIÓN DEL MAGDALENA MEDIO”

Por: Sonia Ángela Castro

PALABRAS CLAVES: nueva ruralidad, territorio, educación con pertinencia rural, formación de maestros.

El presente artículo quiere dar una mirada a la educación rural, a partir de la experiencia que la ENSCR, ha desarrollado en diferentes contextos de la región del Magdalena Medio, donde se podrán hacer aproximaciones sobre la metodología que se ha empleado, los procesos y resultados alcanzados, de tal manera que a partir de estas experiencias, se pueda dar respuesta a la pregunta que se ha planteado ¿Cómo podemos impactar en educación rural desde la ENSCR?

En primera instancia, damos una breve mirada a lo que significa “rural” en los últimos tiempos; entre muchas concepciones de diversos autores, se puede determinar como un mundo muy diverso desde lo físico y natural; lo económico ya no mirado como lo agrícola y ganadero, sino de distintas producciones además de las anteriores, minera, apicultura, turismo, agroturismo, últimas tendencias en este presente. Además y bien complementada la mirada rural/territorio, por la FAO-Nadia González, nos la visiona como “… transformaciones recientes del mundo rural evidencian que los territorios funcionan como un sistema complejo conformado por múltiples dimensiones articuladas, entrelazadas y determinadas entre sí, las cuales reúnen diversos actores sociales, instituciones, recursos naturales, activos productivos, formas de producción, tradiciones, historia y cultura, entre otros componentes”.

De esta manera la perspectiva de la ruralidad, es mucho más compleja, por ende la educación debe tener una mirada diferente, enmarcada a esas diversas ruralidades, donde converjan sus potencialidades, problemáticas propias de cada contexto, para reivindicar la identidad y desarrollo rural.

Es indiscutible que la educación es una fuerza transformadora de la sociedad; éste es un hecho conocido por todas las personas que hacemos parte de ella. Sin embargo, resulta irónico que pocos asuman su responsabilidad en su desarrollo y que se delegue a la Escuela casi con exclusividad esta misión.

La ENSCR, formadora de formadores, en una de las regiones azotadas por la violencia, pero al mismo tiempo con un potencial incalculable en lo geográfico, natural, cultural y lo social como es el Magdalena Medio, ha emprendido un camino desde hace cincuenta años, que nos ha enseñado valiosas lecciones para la búsqueda y consolidación de la paz.

Desde el quehacer pedagógico, nuestro lema “el amor enseña a enseñar” ha sido el referente para emprender esta tarea de construir una cultura de paz a nivel institucional, que se ha proyectado en la región desde la asistencia técnico pedagógica que se desarrolla con las comunidades que nos han abierto las puertas.

Ahora bien, las Escuelas Normales vienen jugando un papel trascendental en estos procesos transformadores y en esta mirada de la nueva ruralidad, a través de las “prácticas pedagógicas” en los diferentes contextos rurales, la ENSCR, por ende ha liderado intervenciones en el contexto del Magdalena Medio, con el MEN, Adecuación curricular con pertinencia rural, al interior de la ENSCR y en Municipios Rurales, con Morales, San Pablo, Santa Rosa. De igual manera, se implementó acompañamiento en procesos pedagógicos de formación a las comunidades de maestros en Competencias ciudadanas y áreas básicas del conocimiento y con el PDPMM, con el apoyo de Laboratorio de Paz y el acompañamiento y asesoría del CINEP, en Planes Educativos rurales y construcción de ciudadanía.

Este trabajo se desarrolla a partir de la metodología estructurada en:

• Primera Fase: Proyecto de Formación Docente con Pertinencia Rural 2003-2004
• Segunda Fase: Construcción de una Cultura de Paz desde la Educación Rural del Magdalena Medio 2006-2008.
• Tercera Fase: Territorio de Paz: Educación Media, La productividad y la Ciudadanía.
En estas fases se involucran a los estudiantes de Formación Complementaria en los procesos de formación, capacitación, pasantías además el desarrollo de las prácticas pedagógicas en el área rural de los diferentes corregimientos del Magdalena Medio, dándole continuidad hasta la fecha.

Lo anterior ha tenido profunda incidencia en los espacios de formación de maestros, surgen así nuevas dinámicas como “Adopta una Escuela Rural” (2009/2021), proyecto que permite acercar al futuro maestro a la realidad del contexto rural, vivenciar los diversos escenarios, a partir de la lectura de contextos, entorno, caracterización de los diferentes miembros que integran la comunidad educativa; permite el diálogo e intercambio cultural con las comunidades, sus potencialidades, debilidades y las riquezas que ofrece su territorio.

Además, conlleva a que ejerzan un liderazgo frente a cada grupo poblacional, con acciones pertinentes a través de proyectos productivos y participativos desde la escuela, los cuales a partir del conocimiento, la gestión e implementación, fortalecerá las potencialidades, contribuyendo de igual manera a minimizar la pobreza, la seguridad alimentaria, el cuidado ambiental, desarrollo sostenible y sustentable y la construcción de convivencia en una cultura de paz.

Con el apoyo de EDUCAPAZ, la Universidad la Salle con el proyecto CLER, la ENSCR, continúa su adecuación para asumir con pertinencia, los nuevos retos en la formación integral de los maestros, que contribuyan a una mejor educación pertinente y contextualizada y que fortalezca el sentido de región, mejore la convivencia y la construcción de paz.

NUEVOS RETOS EN MATERIA DE EDUCACIÓN

NUEVOS RETOS EN MATERIA DE EDUCACIÓN

Por: Hernán Alejandro Olano García
Rector Institución Universitaria Colegios de Colombia – UNICOC

La pandemia del COVID-19 ha generado nuevos y múltiples desafíos para todos los países del mundo, pero especialmente para los de América Latina y el Caribe, con impactos aún impredecibles en el logro de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El mundo corre grave peligro de padecer epidemias o pandemias de alcance regional o mundial y de consecuencias devastadoras, no solo en términos de pérdida de vidas humanas sino de desestabilización económica y caos social.

Dicha vulnerabilidad se ve acrecentada por un aumento de los brotes que tienen lugar en el contexto de complejas emergencias humanitarias, así como por una convergencia sin precedentes de tendencias de carácter ecológico, político, económico y social, entre las que cabe mencionar el crecimiento demográfico, la progresiva urbanización, la integración mundial de la economía, la aceleración y generalización de los desplazamientos, los conflictos, las migraciones y el cambio climático, que también afectan el sector educativo, tanto a nivel escolar, como universitario.

Son varios los renglones de la economía que se verán seriamente afectados con la pandemia del coronavirus y las consecuentes medidas que los gobiernos se han visto obligados a tomar para salvar la vida de infinidad de personas y contener la expansión destructora y vertiginosa que tiene el virus. Entre las instituciones más débiles frente a lo que padecemos y a las medidas tomadas, se encuentran los colegios y las universidades privadas, que han sido presas fáciles de la debacle económica que se avizora, más cuando casi todas dependen de sus matrículas.

Las secuelas de la pandemia amenazan la estabilidad de las plazas docentes Muchos estudiantes y padres de familia han perdido sus empleos, sin olvidar que desde hace unos años viene un fenómeno mundial de disminución de la población y este decrecimiento es previendo que el coronavirus cese en su expansión.

No sólo se trata, por tanto, de tener proyectos. Muchas veces se tienen y se elaboran a la luz de convocatorias o de la iniciativa de un profesor concreto. Se trata de que esos proyectos hayan sido asumidos por todos y en su realización se sientan implicados. Los pilares en los que se apoya una organización que educa y nuestras necesidades de aprendizaje se fundamentan a partir de seis principios:

• Ejemplaridad. La apertura a la crítica es una de las maneras que más se relacionan con la apertura mental y la humildad a que conduce el aprendizaje.
• Felicidad. Una práctica abierta a la discusión, el diálogo, el trabajo colectivo, etc. permite recuperar en el profesorado la ilusión por la enseñanza aprendizaje.
• Perfectibilidad. Todo es perfeccionable; sin embargo, parece importante primar los procesos que impliquen participación y aprendizaje compartido.
• Profesionalidad. Asumiendo que se puede aprender de muchas maneras, una de las más eficaces se relaciona con el aprendizaje que se vincula a una reflexión rigurosa, compartida y constante sobre la práctica profesional.
• Racionalidad. Si nos proponemos metas, es lógico que verifiquemos su nivel de realización; por otra parte, resulta imprescindible el estar al día en el desarrollo de los conocimientos científicos, pedagógicos, organizativos u otros que afecten a la institución y a sus profesionales.
• Responsabilidad. La actividad académica es una actividad comprometida con las personas y la sociedad, lo que exige tener en cuenta las repercusiones que se derivan de un proceder, de un enfoque o de un modo de relación.

El contenido del aprendizaje puede ser muy diverso, centrándose en la naturaleza y las características de los estudiantes, en los procesos y resultados del aprendizaje, en el desarrollo de los planteamientos institucionales, en el funcionamiento de las estructuras de funcionamiento, en el clima y la cultura subyacentes, en las demandas sociales, en los requerimientos del sistema educativo, etc.; pero, sea como sea, lo importante será analizar si la institución ha avanzado respecto a lo que hacía con anterioridad y estudiar su capacidad para incorporar los progresos que las diferentes ciencias de la educación aportan.

Pero más allá de la existencia y la realización de proyectos, podemos entender como un compromiso de las organizaciones e institucionalizar los cambios que progresivamente se vayan planteando. La existencia de mecanismos de autoevaluación institucional y de un claro compromiso político con el cambio resulta, al respecto, una necesidad ineludible.

La organización autocualificante, o la también llamada «organización que aprende», se sitúa en un nivel que pocas instituciones alcanzan, y es que instaurar, aplicar y utilizar mecanismos de evaluación en la perspectiva del cambio, exige de actitudes personales y de procesos de seguimiento y evaluación que chocan con nuestra tradición y forma de hacer en las organizaciones.

En relación con estos temas, debemos preguntarnos:

• ¿Cómo generar escenarios de pago o financiación?
• ¿Cómo institucionalizar la función prospectiva en los países de la región?
• ¿Cómo podemos garantizar la calidad de la educación apoyando la no presencialidad por medio de herramientas tecnológicas?
• ¿Cómo presentar la monetización de este tipo de servicio educativo en tiempos en donde los estudiantes exigen lo presencial?
• ¿Cómo se sienten los estudiantes con esta nueva realidad?
• ¿De quién es la responsabilidad de que no se hayan considerado las alertas prospectivas? ¿De la prospectiva? ¿De la planificación? ¿De la gestión? ¿De los políticos, ciudadanos, liderazgos u otros?
• ¿Podemos asegurar la calidad de la nueva educación y un aprendizaje de calidad? ¿Cómo se lo garantizamos a los estudiantes?

Los colegios y las IES no son la excepción y el confinamiento nos ha llevado a dejar la presencialidad en la educación y a utilizar herramientas tecnológicas para llevar a los estudiantes el conocimiento que antes realizábamos frente a ellos.

Sin embargo, ¿cuáles son las medidas urgentes?

• Abrirse al entorno y trabajar en Red. Un compromiso claro en el aprendizaje, que potencie lo personal y lo grupal.
• Asumir la diversidad de enfoques. Las instituciones de financiación deben vincular la preparación con la planificación de los riesgos económicos, así como generar incentivos e incrementar la financiación para la preparación.
• Liderazgo para impulsar el progreso y, reforzar los éxitos, mediante su reconocimiento, así como aplicar la progresividad en la aplicación de las diferentes estrategias y coordinación de ritmos de cambio.
• Los Consejos Superiores y Directivos de los colegios y universidades deben comprometerse e invertir y sincronizar a todos los niveles de la organización. Un equipo directivo que comunique una visión clara de lo que es una organización inteligente, que se involucre de forma consecuente y que apoye el proceso de forma sistemática y visible.
• Los países y las organizaciones regionales deben dar ejemplo al sector educativo. Los Estados Miembros del G7, G20 y G77, y las demás organizaciones intergubernamentales regionales, deben cumplir los compromisos políticos y financieros adquiridos con respecto a la preparación y acordar supervisar sistemáticamente los progresos durante sus reuniones anuales.
• Utilizar el ejemplo de otras situaciones o de personas con credibilidad. La capacidad de adaptación rápida, esto es, de asimilar en poco tiempo nuevas ideas y de transformarlas en beneficio de la organización y de sus fines, es consecuencia de la capacidad de aprender, pero también del deseo de progresar y crecer. Pero: Prepararse para lo peor. La propagación rápida de una pandemia debida a un patógeno respiratorio letal (de origen natural o liberado accidental o intencionadamente) conlleva requisitos adicionales de preparación.

Si es así, tiene sentido pensar que en este escenario sólo sobrevivirán las instituciones educativas capaces de renovarse y reinventarse de forma continua, que tienen unas estrategias ante el permanente cambio del entorno. En esta perspectiva, ¿puede ser realmente útil e importante la organización que aprende?, ¿es una posible respuesta o tan sólo una moda?

Conseguir y mantener la organización como estructura de referencia que se perfecciona continuamente no es algo aleatorio, sino el resultado feliz de la confluencia de los siguientes factores:

• formación (como adecuación constante de los recursos humanos a las nuevas necesidades personales e institucionales);
• perseverancia y compromiso con el cambio (el aprendizaje colectivo exige desaprenderse de modos de comportamiento anteriores y va acompañado de la pérdida de seguridad que se tenía, no es de extrañar que abunden períodos de incertidumbre);
• planificación (incluye diagnóstico, programas de intervención y autoevaluación permanente); y,
• tiempo (si concluimos que los cambios son procesos).

Así, los grandes procesos que podemos identificar en la cultura interna de los Colegios y Universidades para la Pospandemia, para la <>, son:

• Aprender de otros y de experiencias pasadas.
• Experimentación con nuevos enfoques.
• Resolución sistemática de problemas, relacionados con el diagnóstico de éstos y la capacidad para resolverlos mediante técnicas adecuadas y la existencia de un modo de pensar y actuar.
• Transferir conocimiento a toda la organización y a sus integrantes.

¿Cómo cambió la cultura organizacional en el sector educativo? Esa cultura organizacional se refiere al conjunto de normas, creencias, asunciones y prácticas, resultado de la interacción entre los miembros de una organización y de la influencia del entorno, que definen un determinado modo de hacer. La organización que aprende enlaza, por lo menos en su filosofía, con una concepción educativa y de la enseñanza que tiene en cuenta el carácter multidimensional y multifacético de la realidad. Se parte de las concepciones anteriores, pero se integran en el marco de los intercambios sociales que se dan dentro y fuera de la institución.

Hay una preocupación por variables situacionales y por el dinamismo de la realidad. Las organizaciones educativas están actualmente, más que nunca, expuestas al cambio y a la incertidumbre.

Según la UNESCO, 24 millones de estudiantes de educación superior y un millón y medio de docentes universitarios se han visto afectados directamente por el cierre temporal e indefinido de las instituciones de educación superior, urgida por el principio de salvaguarda de la salud de la comunidad universitaria, a causa de la pandemia de la Coronavirus tipo Covid-19, lo cual ha propiciado una revolución significativa en la forma que hacemos y entendemos la Educación Superior, donde lo más importante, ha sido la habilidad para reaccionar, gracias a la formación en ambientes virtuales de aprendizaje – AVA para nuestros profesores, tan solo con la actualización del manejo de las plataformas Zoom y Moodle, en el marco de mejorar la calidad educativa.

El Documento CONPES 3988 del pasado 31 de marzo de 2020, fue premonitorio en cuanto a la transformación de la educación y lo que vendría con la pandemia, puesto que en Colombia, por más de dos décadas se ha apostado por la integración de las TIC en los procesos educativos y las Universidades no ha sido ajenas a ello, tanto que los avances de la cuarta revolución industrial nos permiten continuar con la creación de tecnologías digitales emergentes como la realidad virtual, computación en la nube, realidad aumentada, libros digitales, entre otros, que habilitan la transformación de las prácticas de aprendizaje y sobre los cuales esperamos fortalecer nuestra oferta este mismo año.

Esas tecnologías digitales facilitan la conformación de entornos que permiten desarrollar experiencias significativas de aprendizaje. Para muchos, la primera dificultad fue someterse a la presencialidad asistida por virtualidad, a las extensas jornadas frente al computador –cuando se tenía-, a la “caída” de la internet, al cúmulo de tareas que los docentes asignaban durante la sesión sincrónica para desarrollar en la sesión asincrónica, así como en las horas de trabajo independiente que definen los créditos de cada asignatura, pero, ante los reclamos, la realidad y finalmente las nuevas perspectivas de una mediación virtual, la alternancia de la presencialidad –blended learning- y la renovación de los materiales de las asignaturas por los docentes, pues en bastantes instituciones, se ha generado lo que se ha dado en llamar Corona teaching, que no es otra cosa que la expresión aplicable a estudiantes y docentes de sentirse abrumados con el nuevo sistema, así como con la utilización de los recursos tecnológicos disponibles para recibir o dictar sus cursos, como si siguieran en situación de aula física.

Somos ahora una sociedad digital, que se define como la sociedad moderna que integra y adopta las tecnologías de la información y las comunicaciones en el hogar, el trabajo, la educación, la política y la recreación.

Los líderes de gestión hemos tenido que enfrentarnos a la presión de modificar la estructura presencial a virtual o apoyo en línea para el complemento del aprendizaje y de los recursos educativos más modernos y renovados para una transformación educativa radical.

JUAN CAMILO MONTOYA BOZZI: “NADIE ESTÁ EXIMIDO DE EJERCER UNA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y UNA BUENA CIUDADANÍA”

JUAN CAMILO MONTOYA BOZZI:
“NADIE ESTÁ EXIMIDO DE EJERCER UNA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y UNA BUENA CIUDADANÍA”

Por Pastor Virviescas Gómez

Dos de los principales frentes de trabajo del rector de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Juan Camilo Montoya Bozzi, giran en torno a que sus miles de estudiantes, docentes y graduados, se involucren de lleno en la solución de los problemas de la región y, por lo tanto, en la búsqueda de un cambio social para Colombia.

Así lo manifiesta este administrador de empresas de la Universidad de Los Andes y MBA de American University (Estados Unidos), quien en diciembre de 2018 asumió las riendas de la UNAB, primera universidad privada del Oriente colombiano, con acreditación de alta calidad otorgada por el Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Montoya Bozzi se ha desempeñado como presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Bucaramanga y Urbanas S.A., gerente de Promisión S.A. y de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI regional Santander), así como director de sostenibilidad de la Sociedad Minera de Santander (Minesa), y en esta entrevista con la revista Cúbica analiza el tema de la educación superior privada, frente a la transformación social y expresa su optimismo a toda prueba.

Pregunta: ¿La transformación social es un tema prioritario para la universidad privada colombiana o una responsabilidad netamente del Estado?

Respuesta: Tiene que ser una responsabilidad de todas las instituciones de educación superior sin distingo de su condición jurídica, por los deberes y las funciones misionales que tenemos, y más aún instituciones que se comprometan con la alta calidad a nivel de todos sus programas. La UNAB es una de ellas y claramente buscamos ser cada vez más una institución que inculque en nuestros estudiantes ese mayor compromiso con un cambio social positivo en su entorno, que se involucren con los desafíos de la región y del país, y que sean buenos ciudadanos. En la UNAB creemos en ello.

Pregunta: ¿A los jóvenes que hoy día se están graduando como profesionales les trasnocha el tema de la “transformación social” o simplemente están enfocados en su bienestar económico personal y punto?

Respuesta: Hacer una generalización es complejo porque hay diferencias entre los diversos programas académicos, pero sí es evidente un mayor activismo y atención de los ciudadanos en general y de los jóvenes en particular, en las problemáticas que enfrentan la región y el país. Posiblemente las tecnologías disponibles y las redes sociales agitan mucho más esos debates, pero lo más importante es que los jóvenes y todos nos involucremos de la manera más constructiva y crítica posible con respecto a los temas de cambio que requiera el país, como la lucha contra la corrupción y contra la desigualdad de oportunidades, la reducción y eliminación de la violencia… En fin, en todo ello tenemos que estar involucrados y los jóvenes se estarán formando de la mejor manera, cada uno en su disciplina y ojalá sean exitosos en ello, pero todos tenemos que estar también conectados y activos en los asuntos de nuestro país y del entorno en general.

Pregunta: ¿Qué lugar tiene el tema de la transformación social dentro del Proyecto Educativo Institucional (PEI) y los currículos de la UNAB, trátese de un abogado, un educador, un médico o un ingeniero?

Respuesta: Es un asunto central de la UNAB desde sus orígenes. Esos principios que siempre nos han orientado de libertad, autonomía y democracia, creo que están muy conectados con que como comunidad académica estemos dispuestos a trabajar por la transformación social. En la UNAB hay un énfasis muy alto en la ética, en formar buenos ciudadanos, y todo ello indudablemente contribuye a que seamos personas proclives a estar aportando hacia transformación social desde los diferentes ámbitos y especialidades de cada quien.

Pregunta: ¿Usted confía en que uno de los efectos palpables de la devastadora pandemia de covid-19 sea un mayor grado de conciencia en los profesionales con respecto a la responsabilidad social, al menos en cuanto a los que están concluyendo sus estudios en la UNAB?

Respuesta: Yo creo que sí. Y no sólo a quienes estén terminando sus estudios de pregrado, sino a todos nosotros enfrentar una situación tan inesperada, tan extraña y tan generalizada a nivel global, en donde todos estamos dependiendo de los demás de alguna forma, de la disciplina, de que el Estado pueda proveer pruebas, vacunas y unidades de cuidados intensivos… La pandemia nos puso a todos a reconocer que hacemos parte de un solo sistema y que la Humanidad entera está involucrada, sin que nadie pueda resultar ajeno a esta situación. Por esta razón, la conciencia con respecto a la salud pública, a la prevención, a que el sistema de saludad sea suficientemente robusto para atendernos a todos, a que los flujos económicos pueden interrumpirse repentinamente generando niveles de pobreza muy dramáticos, que llevaron a nuestro país y a nuestra región a retroceder por lo menos una década. Entonces la pandemia es para todos un hito de vida y de entender el tipo de cosas que pueden pasarle a la Humanidad si no nos preparamos para riesgos de este estilo o como otros que desde ya estamos viviendo con asuntos climáticos.

Pregunta: ¿Lo que hoy están enseñando las universidades privadas colombianas tiene como eje formar líderes que tomen decisiones con responsabilidad social en asuntos críticos como pobreza, inequidad, hambre, corrupción, atraso tecnológico, acceso a la educación y cobertura en salud?

Respuesta: Quiero enfatizar que hay universidades que van más adelantadas institucionalmente y que apuestan por el desarrollo armónico de todas sus funciones misionales y por la alta calidad. En esas funciones además de la docencia, la investigación y la extensión son dos frentes de gestión muy importantes que se conectan con estas problemáticas sociales.

En particular, debo decir que una universidad privada ubicada en una región como Santander, en este caso la UNAB, con unos recursos limitados y un tamaño mediano, pues debe enfocar su investigación y su extensión a los asuntos más concretos y más directos que tiene en su entorno. Por ejemplo, escoger a qué objetivos de desarrollo sostenible puede dedicar mayor energía desde sus grupos de investigación y sus expertos académicos, no a todo. Difícilmente podemos trabajar en asuntos muy sofisticados de investigación básica porque los recursos no están disponibles. Entonces hacemos bien universidades del perfil de la UNAB en esta región, enfocándonos en esos temas directos del entorno cercano, con soluciones, con propuestas de políticas y con innovaciones. Ello les muestra a los estudiantes con el ejemplo que debemos ser parte activa de las soluciones a los problemas que hay en nuestra región.

Pregunta: ¿Para que los estudiantes y graduados se preocupen por su cuota de responsabilidad social hay que partir de que desarrollen un pensamiento crítico, así como que despierten su creatividad e innovación? ¿O basta con que sean excelentes en memorizar los contenidos específicos de cada carrera porque lo demás vendrá por añadidura?

Respuesta: Indudablemente lo primero, y la educación superior se ha venido transformando desde hace un buen número de años, pero se ha enfatizado recientemente mucho más la necesidad de ese pensamiento crítico, de la creatividad, de que seamos personas flexibles y dispuestas a seguir aprendiendo a lo largo de la vida, a que podamos interpretar y leer el contexto de una forma. De ahí que esa vieja escuela o manera de desarrollar la educación en cuanto a la memorización hace rato es obsoleta. El desarrollo de ese ciudadano abierto y crítico, y a la vez muy innovador y creativo, es lo que corresponde hoy por hoy para que el profesional sea exitoso en su disciplina, pero a la vez un ciudadano propositivo, crítico y constructivo en su ciudad y en su región.

Pregunta: ¿La ética, la racionalidad y la solidaridad son componentes fundamentales de la formación de un profesional? ¿O estos son deberes que se escapan a las universidades?

Respuesta: Son de la esencia de la formación profesional, que debe ofrecer una institución de educación superior seria y comprometida con la buena formación y el éxito de vida para cada uno de los estudiantes. La ética está en el centro de gran parte de los problemas que tienen nuestro país y el mundo, por quebrantos éticos fuertes que se ven tanto en la actividad pública como en la privada. Para hablar de la solidaridad, retomaría el caso de lo que hemos vivido como Humanidad en medio de la pandemia, en donde se hizo cada vez más contundente el mensaje de ser solidarios con quienes viven a nuestro alrededor y con nuestro país. La colaboración entre las naciones también ha sido muy cuestionada en medio de la pandemia, ya que frente a episodios de generosidad igualmente se han dado situaciones de sálvese quien pueda, en ciertos asuntos críticos del manejo de la crisis.

Pregunta: Hay docentes, decanos y rectores que insisten en que los nuevos profesionales deben ser emprendedores que hagan posible un mundo mejor. ¿El cambio climático y sus consecuencias derivadas les darán tiempo?

Respuesta: La crisis climática y la necesidad de actuar desde ya a todo nivel, desde las grandes políticas internacionales llegando al nivel más micro y cercano a cada uno de nosotros como individuos es indiscutible, pero a la vez, el abordaje o la búsqueda de una mayor capacidad de emprendimiento en todos los profesionales, yo la entiendo más allá de que sean unos empresarios independientes, cada uno con su empresa, desarrollando ese patrimonio personal.

Es más la capacidad de arriesgarse a liderar una organización, así como promover un nuevo desarrollo al interior de una institución pública o privada. Es la importancia de inculcar en el joven la posibilidad de transformar el destino y de proponer soluciones, sacándolas adelante. Muchas de esas se podrán convertir en empresas, en otros casos serán proyectos dentro de una organización. La inminencia del cambio climático no tiene ningún tipo de discusión y es el tema central del desarrollo global en este momento.

Pregunta: ¿Qué papel juegan en cuanto a la responsabilidad social aquellos jóvenes que optan por una formación técnica o tecnológica?

Respuesta: El nivel de responsabilidad con la transformación social y con que nuestra comunidad opere mejor es de todos los individuos, sin hacer un distingo particular en cuanto a niveles de formación en la educación superior. Los técnicos y los tecnólogos son personas muy valiosas para trabajar dentro de las organizaciones y para emprender, pero también igual de responsables con ser buenos ciudadanos. No lo veo como un tema de élite o de personas exclusivamente con altos niveles de formación académica y científica, sino un asunto del cual todos somos parte en la escala y dentro de las capacidades de cada quien. Nadie está eximido de ejercer una responsabilidad social y una buena ciudadanía.

Pregunta: ¿A los empresarios colombianos les interesa contar con profesionales que estén empecinados en la transformación social del país? ¿O mejor que cumplan al pie de la letra las tareas que se les confíen y produzcan dividendos, pero que no se metan en camisas de once varas?

Respuesta: Claramente, una organización empresarial será mejor si está sintonizada y cercana al entorno en el cual opera. Los colaboradores de una empresa deben ser personas dispuestas a participar en la solución de los problemas, en ser activos en los procesos democráticos y entender que por trabajar en tal o cual organización, no pueden estar aislados de lo que pase a su alrededor. Es de todo el interés de cada empresa que aspire a trascender en el tiempo, que ofrezca soluciones al mercado en el cual esté participando. Sus productos y servicios deben leer esas condiciones del entorno, porque si no lo hace, simplemente podrá tener un éxito de corto plazo, pero más temprano que tarde fracasará. Es bien sabido que no hay empresas exitosas en sociedades fracasadas. Yo creo en esa frase y que en esa medida una empresa tiene que llenarse de ese tipo de ciudadanos en su estructura de colaboradores.

Pregunta: ¿Las recientes protestas de estudiantes y sindicatos –especialmente en ciudades como Cali y Bogotá, pero también en Bucaramanga–, obedecen a la insuficiente responsabilidad social de Estado–Empresa–Universidad o nada tienen que ver?

Respuesta: Las protestas de estudiantes y sindicatos y que hayan sido pacíficas tanto en esas dos ciudades como en el resto del país, son absolutamente legítimas y es parte esencial de cualquier democracia, que cada quien se pueda expresar. Confluyeron muchas motivaciones exacerbadas por la pandemia y por la afectación socioeconómica que ha vivido el país, así como en algunos casos, unas motivaciones políticas de buscar soluciones en este periodo de gobierno y una presión particular contra la propuesta de reforma tributaria que se presentó en su momento. Fue muy complejo lo que vivimos porque además de las protestas pacíficas, hubo infiltraciones clarísimas de organizaciones violentas que llevaron el nivel de protesta a situaciones de terrorismo y vandalismo que no podemos permitir como sociedad. La solución a todo ello no pasa exclusivamente por el Estado o por un presidente o por un gobierno. Sí tenemos que ser parte de la solución empresas, universidades y Estado, y tenemos que promover múltiples espacios de conversación, de propuesta y de contextualización de muchas situaciones que vive el país, para no quedarnos en generalizaciones o simplificaciones de los problemas que enfrente Colombia, porque esas aparentes salidas rápidas y sencillas muy probablemente no sean sostenibles en el tiempo.

Pregunta; ¿Qué les responde usted a quienes afirman que este es un Estado fracasado y una sociedad fracasada?

Respuesta: Que no es verdad. Colombia es un país que en medio de muchas dificultades y de un nivel de conflictividad muy alto, que se ha extendido casi que a lo largo de estos doscientos años de vida independiente, el progreso que hemos tenido en múltiples frentes sociales y económicos es importante. Y haciendo comparación con otros países, Colombia tiene un nivel de desarrollo, de menores niveles de pobreza, tasas de cobertura en salud importantes, tasas de cobertura en educación que van creciendo -faltando todavía mucho más-. Hemos eliminado ciertos problemas que antes existían y eran protagonistas, pero hoy ya no son parte de la conversación. Faltan muchos otros problemas por resolver, pero en ese sentido, yo creo firmemente que las sociedades o los países somos obras en construcción siempre y los problemas van mutando de unos a otros y en medio de ellos mismos van teniendo matices a lo largo del tiempo. El hecho de que lleguemos a pasearnos por la idea de que somos una sociedad fracasada y un país fallido, ¿eso qué nos deja? Eso al final del día tampoco nos entrega una salida, porque quienes tenemos que solucionar los problemas somos los mismos colombianos y si no reconocemos aspectos de avance, pues difícilmente vamos a tener alguna perspectiva. Entonces, sin ser complacientes ni ser ilusos o ingenuos, si uno con datos estudia diferentes temas del desarrollo del país, encuentra avances en buen número de ellos y desafíos claros que tendrán que ser parte de la conversación y de la construcción que no para.

ENTREVISTA A ÁLVARO RAMÍREZ GARCÍA

ENTREVISTA A ÁLVARO RAMÍREZ GARCÍA:
“LA EDUCACIÓN HA ESTADO EN LA GESTACIÓN DEL DESARROLLO SOCIAL, HA ESTADO EN EL DESARROLLO SOCIAL MISMO Y HA ESTADO EN LA PROFUNDIZACIÓN DE LAS CRISIS”

Por: Revista Cúbica

Álvaro Ramírez García, bumangués, egresado del colegio Santander, institución pública formadora de notables santandereanos, líder estudiantil, ingeniero y magister en Ingeniería Química de la UIS, doctor en Ciencia e Ingeniería de Materiales de la universidad de Lehigh en EEUU, con estudios en Universitología (Historia y Filosofía de la Universidad) bajo la dirección del muy reconocido Padre Alfonso Borrero Cabal, S.J. Profesor titular laureado de la UIS, Director de Escuela de Ingeniería Química, Jefe de Planeación, Director de Relaciones Exteriores, Vicerrector Académico y Rector de la UIS. Miembro del AIChE (American Institute of Chemical Enginiering), fue miembro de la Comisión Nacional de Doctorados y Maestrías. 58 años en el mundo de la educación. Se caracteriza por su carisma, sencillez y disciplina férrea, basquetbolista en su juventud, campesino, fotógrafo y cocinero aficionado. Con este personaje dialogó la Revista Cúbica sobre el tema educación y transformación social.

Revista Cúbica: La humanidad está viviendo una crisis social, económica y ambiental sin precedentes. ¿La educación, al margen de los demás factores desencadenantes, tiene algo que ver con esta crisis?

Álvaro Ramírez García: Bueno, me parece muy interesante esto de “al margen” de otros desencadenantes de la crisis porque, efectivamente, los hay y puede ser que estén de alguna manera también interrelacionados con la educación, pero en el caso nuestro, de Colombia, es muy claro que la educación ha estado en la gestación del desarrollo social, ha estado en el desarrollo social mismo y ha estado en la profundización de las crisis.

Voy a poner un ejemplo: Las primeras generaciones de héroes de la patria, los que libraron la guerra de independencia, fueron personas educadas fundamentalmente por el padre Mutis, y esa educación, ese conocimiento de la naturaleza colombiana, ese conocimiento del lenguaje, ese conocimiento de la física y de la astronomía les permitió servir de guías en el momento original de la independencia de Colombia.

También durante el siglo 19 a pesar del montón de guerras que tuvimos, de todas maneras, se fueron desarrollando unas instituciones que hoy son el fuerte del desarrollo y de la capacidad de resiliencia, de la resistencia de Colombia a todos los problemas que tenemos, pero también ha sido la educación, han sido los estudiantes, han sido los profesores, han sido las mismas instituciones educativas las que a toda hora están enfrentando el poder, están criticando en el sentido de señalar lo que hay que señalar, están indicando caminos, están indicando e invitando al cambio de la sociedad y proponiendo modelos de cambio de la sociedad, y todo eso se manifiesta en la educación en Colombia.

RC: Muy interesante, sin embargo, el sistema educativo resultante de estos procesos, ¿qué tan responsable es de lo que está sucediendo en el país?

A.R.G.: Aquí tenemos que ver dos situaciones. El sistema de educación colombiano del siglo 19 fue ante todo clerical, anticientífico, tremendamente conservador, y ocurre que ese sistema tiene una ideología y los estudiantes, sus líderes, por el contrario, promueven el desarrollo, promueven nuevas ideas de cambio, promueven las nuevas ideas económicas que aparecen en el mundo, entonces ahí hay una dicotomía. En el siglo 20 pasa lo mismo, siempre la educación como sistema ha estado atada y determinada por el Estado y una de las ataduras fuertes que tiene va encaminada a no permitir cambios sociales. En algunos casos tiende a aumentar las diferencias sociales, mientras que los estudiantes, los profesores y las instituciones hacen el esfuerzo de salirse de esas líneas de Estado, para promover un desarrollo social, entonces hay una dicotomía, hay una ruptura que todavía la tenemos.

RC: Entonces, según eso, ¿a quién ha servido y a quién sirve el sistema educativo colombiano?

A.R.G.: La educación como sistema, en el pasado y en el presente, siempre ha servido a los intereses del Estado, a los intereses inclusive de la gente que tiene el poder, pero al mismo tiempo la educación por sí misma produce un fermento, produce la capacidad de conocer nuevas ideas, de discutir lo que está ocurriendo, de arrojar luz sobre sobre los problemas, es decir, de criticar, y es ahí, entonces, cuando aparece dentro del sistema educativo, toda una vertiente que busca el cambio de la sociedad, la transformación de la sociedad.

RC: Bajo esas condiciones, ¿a quién debiera servirle el sistema educativo colombiano?

 A.R.G.: Puede parecer muy egoísta lo que voy a decir: Yo creo que la educación debe servir en primer lugar al que se está educando. Debe haber un énfasis mayor en el desarrollo personal, en el desarrollo humano, en el desarrollo de cada persona, y ese énfasis para tener ciudadanos que verdaderamente tengan un espíritu libre, que sean capaces de optar, que sean capaces de ejercer la autoridad sobre sí mismos, es decir, que sean capaces de ser autónomos y que, por consiguiente, sean verdaderos promotores de cambio o si se quiere, podemos decirlo también, que sean verdaderos dolores para El poder.

RC: Pensando en los cambios necesarios que debe tener el sistema educativo colombiano, ¿cuál considera que debe ser el rol del Estado?

 A.R.G.: Bueno, yo creo que, en Colombia, el problema es que no tenemos políticas de Estado de largo plazo, afortunadamente tenemos planeación nacional y se producen documentos de proyección del sistema educativo, se generan políticas públicas, pero realmente, la multiplicidad de ellas, lo que muestra es la debilidad de las mismas, es decir, que están muy sujetas, muy dependientes de quien dirige el Estado, o sea del Gobierno.

RC: En ese panorama, ¿cómo percibe usted al Ministerio de Educación?

A.R.G.: Pues al Ministerio de Educación lo veo muy bien intencionado, pero es muy dependiente de los vaivenes económicos del país, muy dependiente del Ministerio de Hacienda, y entonces uno ve que las reuniones que convoca, por ejemplo, de rectores, la mayoría de las veces no son para tratar sobre políticas de educación, para tratar sobre evaluación, para tratar sobre estos temas que estamos hablando hoy, sino para hablar de recortes y redistribuciones de presupuesto, emplea mucha energía en apagar incendios.

RC: ¿Qué opina usted de los componentes público y privado del sistema educativo colombiano?

A.R.G.: Bueno, empecemos por la privada, la educación privada al principio, es decir, hace muchos años, a mí me parece que se veía como un apoyo alternativo para la educación pública, es decir, como una salida a la incapacidad de la educación pública para atender a toda la ciudadanía; considero que era un momento en que fácilmente se podía dudar de la buena calidad y de los fines de la educación privada. Pero yo lo que he visto, por lo menos en los últimos 40 años en el país, es que la educación privada, la universidad privada, se ha fortalecido científicamente, institucionalmente y también se ha fortalecido económicamente, y a mí me parece que es en esta donde mayores posibilidades se tienen hoy de ejercer la autonomía universitaria.

Obviamente que hay universidades privadas que son abiertamente confesionales y entonces, ahí la autonomía podría discutirse que está limitada por la confesión de la Universidad. Pero en otras partes, inclusive teniendo una confesión, de alguna manera, se han desarrollado tanto estas universidades, que yo veo que cada vez más se destacan en las notas universitarias de científica, de universal, de autónoma y de un cuerpo organizado. Eso me parece interesantísimo, y ya no se puede hablar de mala calidad sino en muy contados casos; lo que tenemos, en general, es una educación privada de buena calidad.

Otra cosa que yo veo, son los profesores de la Universidad privada, muy entusiastas, muy comprometidos, muy contentos de ser profesores, los veo menos en lo sindical y más en lo institucional, lo cual me parece buenísimo.

Ahora en cuanto a la Universidad pública, en mi opinión tiene unas ventajas pues siempre la van a tener ahí, a la vanguardia de la educación. Una de ellas es precisamente el carácter público que permite que no se discrimine por ninguna razón diferente a la capacidad intelectual de los estudiantes, que tenga una mayor capacidad de debate, de protesta, eso es formativo, aunque en ocasiones nos haga daño, también es necesario para él país.

Yo creo que la Universidad pública, el problema más grave que tiene es el financiero, depende mucho, de lo que se decide a nivel de políticas sobre la financiación de la Universidad pública, y esas políticas cambian a cada rato y muchas veces van a la zaga, van respondiendo es a la protesta, y entonces queda claro, para la gente que, si no hay una protesta, pues no van a haber cambios ni refuerzos de lo público.

RC: ¿A pesar de las bondades y de un aparente equilibrio de los fines tanto de la educación pública como de la privada, considera usted que ese equilibrio se manifiesta en la participación de los egresados en los centros de poder del Estado?

A.R.G.: Los hechos demuestran claramente lo contrario, cada Gobierno pareciera que tuviera su propio centro de formación de cuadros avanzados y que tuviera su propio centro para hacer consultas y para escoger a los dignatarios de los altos cargos. Eso está clarísimo y se reduce a un número pequeño de universidades privadas que, como lo dije al principio, puede cambiar de Gobierno a Gobierno. Sin embargo, en general, la Universidad privada y la Universidad pública, conservan la posibilidad de manifestarse, de crear sus propios canales de crítica y de proposición frente al Estado, frente a las políticas.

RC: Todo lo anterior bien puede constituir un diagnóstico general de nuestro sistema educativo, ahora bien, teniendo en cuenta los graves problemas que sufre nuestra sociedad, tales como la violencia, la criminalidad organizada, la corrupción, la injusticia social y la concentración de las oportunidades y de la riqueza, incluida la tierra, ¿qué habría, a su juicio, que reformar en el sistema educativo para responder a todos ellos?

A.R.G.: Refiriéndonos solo, al sistema educativo, diría que hay que hacer un rediseño curricular total, sin embargo, me gustaría proponer unos énfasis para resolver esos problemas y tienen que ver con la educación de los niños, la primera infancia, la educación de las madres y, es que, en realidad, los valores se forman y realmente toman fuerza en esa primera edad y es necesario que los niños reciban una buena educación y la mejor educación la pueden recibir es con su mamá, por eso la mamá debe prepararse para ser mamá en la gestación y luego para ser maestra de la vida. Pienso que ese es el problema central y dentro de él yo propondría hacer un énfasis muy especial en el campo, o sea, en el niño campesino y en la mujer campesina, porque si miramos toda la lista de problemas que usted citó, veremos fácilmente que se concentran, que tienen una expresión más fuerte precisamente en el campo.

 

LA EDUCACIÓN DE CARA A LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE.

LA EDUCACIÓN DE CARA A LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE

Por: Danilo Reinaldo Vivas Ramos

A causa de la aparición del COVID-19, el 31 diciembre de 2019 en la provincia de Wuhan – China, y su ‘meteórica’ transformación en pandemia, a consecuencia de la rápida propagación y virulencia con que se expresó y la poca capacidad anticipatoria de los Estados sobre sus efectos, quizá por la forma sorpresiva como se presentó y la no preparación ciudadana para enfrentar situaciones de esta naturaleza, el mundo experimentó una profunda crisis en los distintos campos de la actividad humana, desde los aspectos asociados a salud pública y pérdidas de vida, hasta los relacionados con la contracción de la economía, expresada en una drástica recesión económica, con las secuelas que ella genera: pérdida descomunal de empleos, nunca antes vista, y el cierre total o parcial de pequeñas y medianas empresas, dejando un panorama sombrío, que en los momentos más críticos llevó al establecimiento de drásticas medidas de aislamiento obligatorios o confinamientos con todas las consecuencias que de ellos se derivaron, lo que generó en cada país, en unos más que en otros, una fuerte tensión entre la necesidad de preservar la salud y la vida de las personas, ante la letalidad del virus y la poca capacidad en infraestructura hospitalaria y personal médico especializado para atender pacientes en estado crítico y la obligación  de frenar el deterioro paulatino de la economía, a fin de no ahondar las condiciones sociales y de bienestar de sus habitantes existentes previo a este suceso.

No obstante, la dureza de esta realidad, es necesario señalar que en este proceso se han dado aspectos relevantes, los cuales deben visibilizarse y hacerlos consientes para encontrar acciones que permitan atender la situación actual, así como las de mediano y largo plazo, en el contexto de lo que se ha acuñado como la nueva normalidad, una vez vaya cediendo la pandemia; entre esos puntos y que varios tienen que ver con el tema de la educación son los siguientes:

  1. Nunca antes una situación de esta naturaleza había contado con un inusitado desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones – TIC, que permitieron, en el confinamiento, estar muy conectados y tener acceso suficiente de información, en el contexto global que hoy vivimos (Graham Brookie), permitiendo monitorear el avance de la pandemia y difundir las acciones y políticas adoptadas por los gobiernos para mitigar sus impactos, así como las acciones adelantadas, en distintas latitudes y por la OMS, para reducir los contagios y los decesos, como aprendizajes colectivos en la solución de este flagelo común.
  2. En este contexto, es importante destacar la implementación de medidas de bioseguridad para contener los contagios, las cuales requirieron y requieren de serios compromisos de los ciudadanos hasta que la COVID-19 desaparezca y la creación, en tiempo record, de eficientes vacunas para lograr niveles de inmunidad y la destinación de significativos recursos para lograr la inmunidad de rebaño, como garantía para avanzar en el control y erradicación del virus y sus variantes, acción amenazada por la imposibilidad de los países más pobres de avanzar en este propósito mundial.
  3. De igual manera, gracias a la potenciación de herramientas digitales pudieron establecerse y fortalecer innovadoras formas de trabajo y estudio desde los hogares, trasladándose masivamente las oficinas y las instituciones educativas a las casas, con fin de adelantar sus labores y actividades de aprendizaje de manera virtual, ganándose mucho espacio en aspectos que antes de la pandemia eran muy insulares, cuestión que llevó a un acelerado aprendizaje, con las consecuencias obvias derivadas de una contingencia y no de una política pensada, organizada y ejecutada eficientemente. En este aspecto el mayor damnificado fue el sector educativo que no contó con la necesaria cobertura de las herramientas tecnológicas en los sectores urbanos pobres y en las zonas rurales, nuestro país no fue la excepción, así como la precaria formación en las TIC orientadas a la educación por parte de un apreciable número de docentes.
  4. Puede afirmarse que el aprendizaje fue muy significativo, pero ante el avance en los procesos de ‘normalidad’, la presencialidad en los lugares de trabajo y en los planteles educativos pareciera se vuelve imprescindible, de manera particular, en estos últimos, donde se configura y desarrolla el concepto de comunidad educativa, imprescindible en los procesos educativos y pedagógicos de niños, jóvenes y adolescentes.
  5. La pandemia en una buena parte de países del mundo, entre ellos el nuestro, ante el modelo global de desarrollo imperante, permitió hacer conciencia de las grandes inequidades y desigualdades sociales y económicas existentes antes de la aparición de la COVID-19, expresadas en altos niveles de pobreza y exclusión, situaciones que empeoraron de manera dramática, lo que llevó a que los diferentes Estados, bajo los valores de la solidaridad y la responsabilidad social, crearan políticas y programas de resarcimiento del ingreso para poblaciones vulnerables y vulneradas, así como el otorgamiento de subsidios a pequeñas y medianas empresas para soportar la crisis y con ello mitigar, en parte, el impacto en sus economías.
  6. Según Boaventura de Souza Santos la pandemia sólo empeoró una situación de crisis a la que ha sido sometida la población mundial en un contexto, en que el capitalismo neoliberal ha incapacitado al Estado para responder a emergencias de esta naturaleza. En este contexto, en nuestro país, se presentó una conflagración social, en medio de la pandemia, por mejores condiciones de vida y de oportunidades para los jóvenes, quienes ven en el horizonte próximo cada vez menos opciones para su desarrollo y crecimiento.

La nueva normalidad que se planteó desde el comienzo de la pandemia, ante la conciencia colectiva, que después de este fatídico episodio no podíamos ser lo mismo, ha llevado a múltiples y variadas reflexiones de académicos, políticos, economistas, humanistas, científicos, etc, caracterizadas unas por regresar a lo mismo de antes, con algunos leves ajustes, y otras que propenden por una normalidad centrada en el ser humano, más que en el capital en sí, en donde la solidaridad, no la caridad y el asistencialismo, sería el elemento central y el desarrollo del trabajo colaborativo el mejor vehículo para su realización, sin que ello afecte la productividad y la competitividad, en el contexto  de la economía de mercado que vivimos, sino que las potencie  y se materialicen en una mayor redistribución de la riqueza para avanzar hacia niveles mayores de bienestar y prosperidad de toda la población.

Hoy asistimos, en consecuencia, a una fuerte tensión entre quienes luchan y lucharán por el statu quo predominante antes de la pandemia, buscando conservar los elementos, valores y principios de una sociedad fuertemente asida a la generación y acumulación de riqueza económica per sé, con todas las disfunciones y rupturas sociales, económicas y medioambientales que le caracterizan y aquellos que consideran que la nueva normalidad tiene que avanzar de la mano de la dignificación del ser humano en toda su dimensión, no sólo en lo económico, sino como parte esencial de un planeta profundamente lacerado por la deforestación, el vertimiento a ríos y mares de residuos plásticos e industriales  y el calentamiento global, desarrollando en las presentes y futuras generaciones una actitud de respeto mutuo, elemento central de la sostenibilidad de nuestro hábitat y de la vida.

Y es aquí donde juega papel preponderante la educación, a pesar de la importancia que ella ha tenido en lo que conocemos como la sociedad del conocimiento, ya que este ha estado al servicio del paradigma que hoy se expresa como limitado para construir una nueva normalidad. De ahí que se requiere realizar una revisión a fondo del actual sistema educativo, de nuestros sistemas de pensamiento y de toma de decisiones, que sea capaz de dar respuestas a todos aquellos aspectos que no pueden hacer parte de la post pandemia.  Philippe Meirieu al respecto manifiesta: Debemos poner mucha atención a nuestras respuestas, no sea que “la prisa por ‘salir’ de la crisis nos haga olvidar las condiciones en las que entramos en ella y que el ‘regreso a la normalidad’ sea, según la lógica de la pendiente más pronunciada, un ‘regreso a lo anormal’. En esta misma dirección Albert Einstein, tiempo atrás, ya había sentenciado: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo.”

Bajo estas premisas, es necesario repensar la educación, a fin de que ella sea un elemento trascendental en la necesaria transformación económica y social que clama el mundo y que ante los hechos que se vienen sucediendo  con la pandemia no da más espera, so pena de desaprovechar la actual crisis como la gran y definitiva oportunidad para lograrlo, y con ella sacarla de su carácter ‘instrumental’ en que el modelo económico predominante la ha llevado, haciéndola girar de manera exclusiva en “el hacer”, dejando marginalmente los otros aspectos centrales definidos en el Informe: La Educación encierra un tesoro, de la Comisión Internacional de la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, tales como: el aprender a conocer,  el aprender a ser, el aprender a aprender y el aprender a vivir juntos, todos ellos en el contexto de lograr un desarrollo sostenible en todos los aspectos de la vida humana y del planeta.

Curioso que, de algo que ya hace más de tres décadas se ha venido hablando a nivel mundial, tengamos que volver a traerlo, no sólo para recordarlo sino para avanzar en lo que inicialmente se conoció como los Objetivos del Milenio, promulgados por la Organización de las Naciones Unidas – ONU,  cuya fecha a alcanzarlos estaba prevista para el 2015 por los países firmantes en el año 2000, pero ante la imposibilidad de lograr plenamente las metas ahí consignadas en cada uno de los objetivos, a pesar de algunos avances reconocidos por Ban Ki-Moon, Secretario de la ONU, ésta se vio precisada a construir una nueva Agenda Mundial al 2030 para el Desarrollo Sostenible, en el marco de su Asamblea General No.70, llevada a cabo en septiembre de 2015 en Nueva York y que contó con la presencia de 193 países miembros, adoptando una nueva agenda, titulada: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible», más conocida como los  Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en la que se mantienen no sólo los ocho puntos de los Objetivos del Milenio, sino que se amplifican a cuestiones modulares, como el hambre, la desigualdad, la energía, la cuestión vital de modelos de producción y consumo sostenibles, el cambio climático, la paz y el desarrollo sostenible, aspectos todos estos deficitarios en el mundo y dramáticamente visibilizados por la pandemia y que requieren una acción no solo de los Estados y los gobiernos, sino de toda la sociedad en su conjunto para su satisfacción plena.

Es aquí, en esta visión estratégica global sin precedentes en la historia de la sociedad y de sus sistemas, donde la educación juega un papel esencial en la formación de ciudadanos, para la transformación social que se requiere en lo local, en lo regional, en lo nacional y en lo global, por lo que los sistemas de educación deben estar profundamente comprometidos, a partir de las realidades de sus respectivos países, a avanzar significativamente en cada uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible. Por ello, debe la educación trascender del carácter instrumental, utilitarista y de mercancía que se le ha asignado en las condiciones de desarrollo del actual modelo económico, ya enunciado varias veces, a un modelo que favorezca la inclusión de prácticas y políticas que promuevan actitudes y comportamientos ambientalmente sostenibles, en temas interconectados como el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente, en las diferentes instituciones educativas, así como promover y desarrollar en sus estudiantes, indistintamente el nivel de formación, principios, valores y habilidades tales como: Creatividad, liderazgo, innovación, compromiso, pasión, empatía, unidad, solidaridad, fraternidad, resiliencia, valor, comunidad, pensamiento analítico y crítico, capacidad de discernimiento, diálogo y acción,  paralelamente  con los de adquisición y desarrollo de conocimientos al más alto nivel, los que precisamos deben impulsarse de forma conjunta, colectiva y consistente, por un sistema educativo que propenda por igualdad, justicia, inclusión y humanidad que tanto se requiere en la actualidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Azmitia G, Oscar fsc. 2020. “Repensando la Educación desde la crisis.”

Delors, Jacques, et al.  1996. “La educación encierra un tesoro”. Informe de la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI. Santillana Ediciones UNESCO.

Gómez B, Hernando, et al. 1998. “Educación la agenda del siglo XXI – Hacia un Desarrollo humano.” Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. PNUD. T/M Editores.

Juma, Calestous y Yee-Cheong, Lee, et al. 2005. “Innovación: Aplicación de los conocimientos al desarrollo”. Proyecto del milenio, Naciones Unidas. COLCIENCIAS.

Meirieu, Phillipe. “La escuela después… ¿con la pedagogía de antes?” Movimiento Cooperatico de Escuela Popular. Madrid. 2020

Oppenheimer, Andrés. 2010 “¡Basta de Historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro”. Nomos impresores.

Pérez M. Rosa, et al. 2029. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible” Organización de las Naciones Unidas. J.M. Bosch Editor

Sachs; Jeffry. 2015. “La era del desarrollo sostenible”. Editores Deusto.

Sousa de Santos, Boaventura. “La cruel pedagogía del virus. CLACSO. Argentina. 2020.

EDUCACIÓN SUPERIOR POSPANDEMIA

EDUCACIÓN SUPERIOR POSPANDEMIA

Por: Ignacio Mantilla Prada

Cuando Alberto Lleras Camargo, como ex rector de la Universidad de Los Andes, recibió de esa institución el doctorado honoris causa en febrero de 1957, expresó en el discurso pronunciado en el acto organizado para esa ocasión, lo siguiente:

En mi opinión, no existe un catálogo de prioridades en las necesidades de la República, con ser tan variadas e intensas. Por sobre todas las exigencias se encuentra ésta de la educación, antes que los caminos, que las armas, que los hospitales, que la técnica, que la comida, que la higiene y la casa, porque todas las formas de desarrollo de un país han de subordinarse al hecho absoluto de que no puede hoy haber, como sí las hubo en la Antigüedad, naciones grandes sumidas en la ignorancia”.

Después de seis décadas, esta afirmación del expresidente Lleras Camargo sigue igualmente vigente y podría agregarse que hoy hay una nueva desatención, pues no hay ningún país que haya llegado a ser desarrollado, como sí lo hubo en la antigüedad, sin una inversión significativa en ciencia.

Siendo la educación mucho más que un sector, nombre con el que se ha vuelto costumbre denominarla, especialmente cuando a ella se refieren nuestros gobernantes, y tratándose más bien del eje de todos esos llamados sectores, sería imposible abordar sus diferentes niveles y aristas a un mismo tiempo. Me limitaré entonces a la educación superior, entendiendo por ella, como lo establece la UNESCO, todo tipo de programas de estudio y de cursos a nivel postsecundario, que tienen lugar en universidades, academias, conservatorios e institutos especializados. Y me referiré a un aspecto solamente de la educación superior, como es el nuevo y urgente reto que nos plantea la pandemia.

Este reto de la educación superior en tiempos de pandemia y su proyección futura debería ocuparnos, más que preocuparnos, pues el momento que vivimos es la mejor oportunidad para pensar más allá de lo que ya creíamos convencional y que había sido construido sobre lo que históricamente se había ido consolidando como indispensable, bueno o de calidad. En efecto, los consensos en torno a estos conceptos, empiezan ahora a romperse con la revisión de lo que se considera pertinente, para tomar el nuevo rumbo que nos llevará a la educación superior del futuro, a partir de la práctica académica que el confinamiento, como consecuencia de la epidemia, nos obligó a incorporar a través de las conexiones remotas y los encuentros no presenciales.

Contrariamente a lo que se cree, pocos espacios como los universitarios son tan reflexivos, tan conservadores en sus principios y pocas otras organizaciones demoran tanto tiempo en transformarse como les ocurre a las universidades. No obstante, eso también está cambiando, pues hoy se toma el resultado de una reflexión global y rápidamente puede tener un impacto local. Es decir que se nos pone a nuestro alcance un escenario universal para que pensemos por fuera de lo convencional, qué es lo pertinente en materia de educación superior localmente.

La pandemia ha sacado a la luz los problemas que ya estaban acumulados globalmente en las universidades antes de la pandemia: acceso, pertinencia, equidad, gobernanza, financiación, cobertura, internacionalización, movilidad académica. No podemos esperar un regreso a lo que entendíamos por normalidad porque esa manera como se venía desarrollando la educación superior ya no podrá volver a ser lo normal, pero además tampoco lo pertinente, por lo tanto “regresar a la normalidad”, entendido en esta forma, no deberá llevarse a cabo, ya que nadie quiere retomar un problema cuando ya ha encontrado soluciones, aunque éstas hubieran sido insospechadas.

La pandemia es la oportunidad que llegó inesperadamente para cambiar esas cosas que habíamos creído que estaban bien, especialmente porque siempre las habíamos hecho de la misma forma; así que la pandemia puede convertirse en una aliada para conseguir logros que antes parecían inalcanzables y que ahora parece que conducen más certeramente hacia una educación superior distinta, pero sobre todo más cercana a la igualdad.

Una gran enseñanza que deja la pandemia es que el trabajo en equipo puede resultar exitoso, eficiente y natural, con integrantes ubicados a grandes distancias unos de otros, siempre que lo perseguido sea un objetivo común y el interés sea acercarse a resolver el mismo problema. En unos pocos años, los egresados no solo podrán tener una sólida formación técnica; también habrán aprendido a trabajar en equipos que antes no cabían en esa definición y podrán adaptarse a todo tipo de entornos multiculturales.

 

Más que un rígido currículo, la influencia de la nueva educación superior en la formación profesional, se reflejará en la comprensión del mundo sin perder la responsabilidad local, en la utilización adecuada de las herramientas tecnológicas a disposición, en la curiosidad que despierta permanentemente la aparición de nuevos retos y que obligan a seguir aprendiendo toda la vida.

En resumen, como consecuencia de la nueva realidad y de la futura educación superior que se plantea, se logrará finalmente una formación sin fórmulas mágicas para el trabajo profesional, entendida como un entrenamiento apenas para poder enfrentar y resolver en equipo, los problemas que aún no se han formulado.

@MantillaIgnacio

EDITORIAL

EDITORIAL

Sin duda, un factor determinante del desarrollo de los pueblos es la educación, concebida en su sentido más amplio que se manifiesta y produce sus efectos en ámbitos diversos que incluyen el hogar, el colegio, la universidad y también todos los espacios de la vida pública, habida cuenta que el ser humano es sujeto de aprendizaje desde su concepción hasta su muerte, y que la cultura no es otra cosa que la suma y expresión de todos los aprendizajes.

Bajo esa concepción, es evidente que los países de mayor nivel de desarrollo son aquellos en donde los niveles de educación, al igual que los niveles culturales y de civilidad son los más altos. Colombia, en su condición de país en vía de desarrollo, lamentablemente, no se distingue por sus altos niveles de educación, civilidad y cultura, por el contrario, se distingue por sus altos niveles de desigualdad social, de concentración de la riqueza, de violencia, de corrupción, de incivilidad, circunstancia que evidencia que algo viene fallando en la educación desde hace mucho tiempo.

Es por esta razón que la Revista Cúbica en su propósito central de propiciar transformaciones sociales mediante la difusión y discusión en foros abiertos del libre pensamiento de ciudadanos comprometidos con la construcción de país, comparte en esta edición diferentes puntos de vista de actores de la educación como rectores y ex rectores de instituciones educativas públicas y privadas, maestros, estudiantes y expertos, sobre el tema de la educación y las transformaciones sociales, asumiendo que mediante una educación pertinente es posible cambiar una realidad que agobia y genera mucha incertidumbre.